El 23 de noviembre, profesionales de la salud, estudiantes y voluntarios de la Universidad Adventista del Plata (UAP), partieron en tres lanchas sobre el río Paraná, hacia dos islas del paraje Las Cuevas, ubicado a 40 km del campus, para realizar una obra de servicio en la comunidad.

La jornada se desarrolló en el marco de la primera Semana del Voluntario y contó con la presencia del Pr. Dieter Bruns, director del Servicio Voluntario Adventista en Sudamérica, quien acompañó las actividades en territorio entrerriano.

La «Lancha Misionera» de la UAP, sobre el río Paraná, rumbo a Las Cuevas.

La UAP reflotó en esta oportunidad el proyecto de su histórica lancha misionera, una iniciativa de varias décadas que ha brindado apoyo a comunidades ribereñas y que en los últimos años había tenido menor actividad. «Decidimos reimpulsar este proyecto desde la Rectoría y sumar a empleados, profesionales de la salud, docentes y voluntarios en un servicio integral», explicó el Pr. Leonardo Meda, director del Servicio Voluntario Adventista de la UAP.

La comitiva estuvo integrada por la lancha de la UAP y dos embarcaciones de apoyo pertenecientes a miembros de la iglesia. En total, participaron más de treinta personas entre voluntarios, estudiantes y profesionales. Desde la universidad asistieron el Mag. Horacio Rizzo, rector de la UAP y el Mag. Marcelo Falconier, rector del Instituto Superior Adventista del Plata (ISAP), también estuvieron presentes profesionales en la salud: enfermería y psicología, como estudiantes y músicos que colaboraron en el programa espiritual.

En la isla Los Laureles aguardaban los “puesteros”, habitantes que custodian las islas y el ganado de sus dueños. Allí, las condiciones de vida son simples y alejadas de las comodidades urbanas: sin energía eléctrica convencional y con acceso limitado a servicios de salud.

Esta actividad de servicio ofreció atención médica primaria, apoyo psicológico, acompañamiento espiritual y la posibilidad de iniciar cursos de estudio bíblico, a lo cual las personas respondieron positivamente. Además, se distribuyeron donaciones, entre ellas alimentos, cereales, ropa y Biblias.

Personas de la localidad recibiendo atención médica.

Uno de los momentos más emotivos fue la recepción de los isleños, quienes prepararon tortas fritas para compartir con los visitantes. «La hospitalidad de Betty, una de las habitantes de la isla, nos conmovió. Es hermoso el ambiente que genera esta comunidad isleña, su recepción y atención nos hizo sentir como en casa», expresó el Pr. Meda.

Los organizadores coincidieron en que estos espacios no solo fortalecen la identidad misionera de quienes ya participan activamente, sino que también motivan a nuevos voluntarios, especialmente a los estudiantes que pronto culminarán sus clases y comienzan a definir su disponibilidad para servir durante el verano.

El balance de esta primera experiencia dentro de la Semana del Voluntario superó ampliamente las expectativas. «Queríamos que este programa fuera intencional y significativo, y lo fue. Todo se traduce en más voluntarios que salen, en más oportunidades para servir», expresó el Pr. Meda.

La actividad fue reportada a los directores de Servicio Voluntario de la División Sudamericana, quienes destacaron el valor estratégico de incorporar momentos institucionales dedicados exclusivamente a la misión.

En su mensaje final el Pr. Meda expresó: «Queremos seguir llevando esperanza a las islas. Ojalá más médicos, músicos, profesionales y estudiantes puedan animarse a participar. Estos viajes dejan algo más que una sonrisa: dejan un mensaje de fe, amistad y acompañamiento real».

El sábado 6 de diciembre, un nuevo grupo representativo de la iglesia de la Universidad, estarán visitando estas islas y a las personas que allí viven, atendiendo nuevas necesidades y profundizando, aún más en las verdades bíblicas.

La UAP reafirma así su compromiso con el servicio y el acompañamiento a las comunidades cercanas, fortaleciendo su identidad y su vocación solidaria.