
mayo 2025
Dr. Laurentiu Ionescu: «El evangelio no es un show»
La primera Semana de Énfasis Espiritual 2025, desde la mirada del orador invitado, un programa que se realiza en la Universidad Adventista del Plata (UAP), del 23 al 31 de mayo.
Con una sonrisa franca y palabras profundas, el Dr. Laurentiu Ionescu no solo ha sido el orador principal de la Semana de Oración en la Universidad Adventista del Plata (UAP), sino también un invitado que ha dejado una huella en cada mensaje. Desde su estilo cálido y reflexivo, hasta su capacidad de rescatar detalles olvidados en las historias bíblicas, el Dr. Ionescu ha logrado conectar con un público que, a pesar de las inclemencias del tiempo, ha llenado noche tras noche el salón de reuniones.
«Cuando empecé la semana, tenía emociones, expectativas. Pero ahora ya me encariñé con el público. Es espectacular ver tanta gente viniendo cada noche», confiesa. Y es que más allá del número de asistentes, lo que destaca el Dr. Ionescu es el interés genuino por la Palabra de Dios. «Esto me da confianza de que hay hambre espiritual. Y en un mundo donde todo tiende a lo superficial, eso es esperanzador».
Uno de los aspectos más comentados por quienes lo escucharon ha sido su capacidad para leer y releer historias bíblicas conocidas, iluminándolas desde ángulos que muchas veces pasan inadvertidos. «No son relatos nuevos, pero los detalles que solemos ignorar son puentes entre corazones. Son esas pequeñas cosas las que permiten vincular el texto con nuestra experiencia de hoy», explica.
Según el Dr. Ionescu, esta pérdida del “detalle” se debe a un cambio profundo de paradigma: «Pasamos de la cultura oral a la cultura visual. Hoy vivimos en la cultura del scrolling, no nos detenemos. Antes se escribía con una conciencia de permanencia. Un error era costoso. Hoy todo es efímero». Para él, recuperar esa profundidad requiere más que tiempo: requiere una disposición del corazón.
En su estilo, hay una intención clara de no caer en la espectacularidad vacía que muchas veces caracteriza la comunicación moderna. Y lo deja claro con una frase contundente: «El evangelio no es un show». En sus palabras, se percibe una crítica lúcida a la tentación de adaptar el mensaje espiritual al ritmo y lógica del entretenimiento: «Vivimos en una cultura de la extravagancia, del impacto visual, incluso en lo religioso. Pero Jesús no buscó la popularidad; buscó el contacto humano. El secreto del evangelio es su sencillez. Y eso conmueve más que cualquier espectáculo».
Para el Dr. Ionescu, el desafío no es resistirse a lo visual, sino rescatar su verdadero propósito: «Jesús hablaba en parábolas visuales. Hablaba de pan, de monedas perdidas, de bodas. El problema no es la imagen, sino la falta de contenido. Y eso es lo que necesitamos recuperar».
Durante esta semana, la UAP no solo ha sido un espacio de reunión espiritual, sino un laboratorio de contemplación y profundidad. «La historia del hijo pródigo, por ejemplo, la puedes contar en un minuto o puedes vivirla. Porque ese hijo somos nosotros. Y ese padre es Dios. Pero para entenderlo, hay que detenerse, mirar, escarbar. El evangelio es como una perla: no se encuentra en la superficie».
Al borde del cierre de la semana, el Dr. Ionescu se va de la UAP conmovido por la calidez, la apertura y el compromiso de una comunidad que no solo asistió, sino que buscó encontrarse con Dios desde lo profundo. «Me llevo el corazón lleno. No solo por poder compartir, sino porque también aprendí. En este rincón del mundo, hay una universidad que todavía cree en el poder transformador de la Palabra. Y eso es un testimonio valioso en estos tiempos».