La Universidad Adventista del Plata (UAP) recibió la visita del Dr. Juan Antonio López de la Torre, director general del programa Adventist Colleges Abroad (ACA).

Su presencia en la universidad, según expresó, formó parte de las responsabilidades institucionales de supervisión internacional: «Es parte de mi compromiso visitar los centros que ACA tiene alrededor del mundo: la UAP era una asignatura pendiente. Así que la he ya superado. Vine a ver a los alumnos, observar cómo funciona el centro en la institución».

El programa ACA, con más de treinta años de funcionamiento en la UAP, es una iniciativa del sistema de educación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Norteamérica y Australia. Su propósito es brindar a estudiantes universitarios la posibilidad de cursar materias como lengua y cultura en diferentes regiones del mundo, incluyendo Sudamérica, Europa y Asia. El ciclo más reciente del programa en la UAP se desarrolló del 16 de septiembre de 2024 al 2 de junio de 2025.

Dr. Haroldo Brouchy en su mensaje de agradecimiento al reconocimiento otorgado por la UAP, por su trayectoria de docencia y dirección del ACA.

Durante su visita, el Dr. López, quien también dirigió la Escuela Superior de Español del Campus Adventista de Sagunto y coordinó la asociación SDA Languages Europe, dialogó con UAP Noticias y subrayó la relevancia del programa: «ACA es una de las joyas de la educación adventista porque permite la sinergia internacional de muchas de nuestras instituciones en nuestra red mundial. Básicamente envía alumnos, tradicionalmente de Norteamérica, a diferentes partes del mundo para realizar programas académicos centrados en lengua, cultura y otros aspectos. La UAP es uno de los programas estrella en Sudamérica».

El Dr. Haroldo Brouchy, coordinador del programa ACA en la UAP, también compartió su mirada: «Personalmente, cada grupo es especial. A finales de cada año, uno siente pena cuando deben regresar a sus hogares en Estados Unidos. Honestamente, cada año se trata de un grupo único». Como parte del cierre del ciclo, la semana pasada se realizó una cena de despedida junto a los estudiantes y al equipo organizador.

Sobre la experiencia de los estudiantes en la UAP, el Dr. López relató dos momentos que lo marcaron profundamente: «En una entrevista con una alumna, me sorprendió el acento argentino que tenía, perfectamente de aquí, de la región. Me dijo que vivió una experiencia excelente y que desea regresar. También, el día en que los llevamos al aeropuerto, antes de subir al autobús, vi pequeños grupos de oración entre estudiantes norteamericanos y de la UAP. Oraban, se despedían y lloraban juntos. Eso me llegó al corazón».

A lo largo del programa, los estudiantes participaron en clases de español, actividades culturales y viajes educativos. «Las postales inolvidables son en el aula, aprendiendo el idioma, o viajando y compartiendo. Pero la postal que más nos emociona es cuando los chicos, al final del año, conversan fluidamente en español con docentes y compañeros», resaltó el Dr. Brouchy.

Consultado sobre las características de los centros ACA en el mundo, el Dr. López destacó la riqueza de la diversidad y el sello compartido: «La educación adventista transmite los mismos valores en todos los centros, pero cada lugar aporta algo único. La UAP es fantástica: un campus maravilloso, con excelentes instalaciones y un entorno con una comunidad educativa que facilita la integración. En pocas palabras, la UAP es uno de los destinos soñados de ACA».

Este cierre de ciclo también marcó un momento especial: la despedida del Dr. Haroldo Brouchy, quien finaliza su etapa laboral luego de décadas de servicio. El Dr. López expresó: «Desde ACA lo vemos como una gran pérdida, porque es un compañero con el que hemos trabajado más de veinte años. Pero también es motivo de alegría, porque sabemos que disfrutará de una nueva etapa con menos preocupaciones».

A su vez, el Dr. Brouchy compartió una emotiva reflexión: «Empecé en el programa ACA en 1995. Si retrocedo en el tiempo, no puedo dejar de reconocer las maravillas que Dios hizo en mi camino durante todos estos años. Nos acompañó en cada viaje, cada decisión. Nunca tuvimos un problema grave. Dios siempre estuvo a nuestro lado. Disfruté mucho trabajando aquí en la Universidad y siempre traté de hacer lo mejor, con amor y respeto por cada estudiante».

Finalmente, el Dr. López concluyó con una visión esperanzadora sobre el futuro del programa: «Estamos en un proceso de transición y rediseño. Nos estamos abriendo a nuevos públicos que deseen vivir esta experiencia. Los que formamos parte de este pequeño equipo sentimos que somos afortunados. Trabajamos con personas que nos rejuvenecen y motivan. Es un privilegio servir desde la educación».

A través del programa ACA, la UAP continúa fortaleciendo su compromiso con la formación integral de estudiantes de todo el mundo, promoviendo no solo el aprendizaje académico, sino también la creación de lazos culturales, espirituales y humanos que perduran en el tiempo.