julio 2020
«Vislumbres del Espíritu»
El Mag. Leandro J. Velardo comparte con los lectores de UAP Noticias una breve reflexión lingüística sobre la persona del Espíritu Santo. El catedrático es Profesor titular e investigador de la Facultad de Teología de la Universidad Adventista del Plata en las áreas de literatura y teología del Nuevo Testamento.
En su aclamada obra La venida del consolador, LeRoy E. Froom comenta lo siguiente sobre la personalidad del Espíritu: «No es esta una cuestión meramente técnica, académica o poco práctica. Encierra una importancia suprema y del más elevado valor práctico. Si el Espíritu es una persona divina, pero lo consideramos como una influencia impersonal, estamos robando a esta persona divina la deferencia, el honor y el amor que le debemos» (pág. 36).
Si bien contamos con varias listas de referencias bíblicas que discurren sobre distintos aspectos de la personalidad del Espíritu Santo, la metodología detrás de la confección de estas no suele ser clara y, como deja ver la mención de algunos pasajes, el criterio para su elaboración pareciera ser extremadamente subjetivo. En vista de ello, sugerimos, aquí, una aproximación metodológica más lingüísticamente sensible al momento de producir una lista de textos bíblicos que, en este caso, arrojen luz sobre el Espíritu como una persona divina. En tal sentido, anhelando una mayor y más precisa comprensión tanto lingüística como teológica del testimonio bíblico acerca del Espíritu Santo, resulta de particular interés rastrear referencias en el Nuevo Testamento donde la expresión pneuma («espíritu») sea el agente de acciones o procesos vinculados al campo semántico «comunicación». El razonamiento detrás de esta indagación es muy sencillo, dicho campo semántico agrupa palabras, como, por ejemplo, verbos de lengua y verbos de pensamiento, que denotan capacidad cognitiva y que, por ende, connotan personalidad.[i] Para llevar a cabo esta propuesta metodológica contamos, en nuestros días, con la base de datos Cascadia Syntax Graphs of the New Testament (CSGNT), que nos permite realizar búsquedas sintácticas avanzadas en el texto griego del Nuevo Testamento, y los campos semánticos establecidos en el léxico de Johannes P. Louw y Eugene A. Nida.[ii] Ambos recursos son, de un modo u otro, herramientas fundamentales en el camino hacia una metodología exegética más inductiva, es decir, que construya su reflexión teológica a partir de la mecánica interna de la lengua original.
A continuación, cito algunos de los resultados obtenidos: Lc 12,12 («porque en ese momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deben responder»); Hch 1,16 («Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura que, por boca de David, había predicho el Espíritu Santo en cuanto a Judas, el que sirvió de guía a los que arrestaron a Jesús»); 8,29 («El Espíritu le dijo a Felipe: ‘Acércate y júntate a ese carro’»); 10,19-20 («Mientras Pedro seguía reflexionando sobre el significado de la visión, el Espíritu le dijo: ‘Mira, Simón, tres hombres te buscan. Date prisa, baja y no dudes en ir con ellos, porque yo los he enviado’»); 11,12 («El Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. También fueron conmigo estos seis hermanos, y entramos en la casa de aquel hombre»); 13,2 («Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: ‘Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado’»); 20,23 («Lo único que sé es que en todas las ciudades el Espíritu Santo me asegura que me esperan prisiones y sufrimientos»); 21,11 («Así dice el Espíritu Santo: ‘De esta manera atarán los judíos de Jerusalén al dueño de este cinturón, y lo entregarán en manos de los gentiles’»); 28,25-26 («No pudieron ponerse de acuerdo entre sí, y comenzaron a irse cuando Pablo añadió esta última declaración: ‘Con razón el Espíritu Santo les habló a sus antepasados por medio del profeta Isaías diciendo: ‘Ve a este pueblo y dile: ‘Por mucho que oigan, no entenderán; por mucho que vean, no percibirán’»); Rm 8,26 («Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras»); 1 Tm 4,1 («El Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos abandonarán la fe para seguir a inspiraciones engañosas y doctrinas diabólicas»); Hb 3,7 («Por eso, como dice el Espíritu Santo: ‘Si ustedes oyen hoy su voz…»); 10,15 («También el Espíritu Santo nos da testimonio de ello. Primero dice…»); Ap 2,29 («El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias»).
Ante estos datos, es lícito afirmar que el Nuevo Testamento griego nos ha legado un testimonio inequívoco respecto de la persona del Espíritu. En efecto, como se desprende naturalmente de esta sencilla reflexión lingüística, los autores inspirados no advirtieron ningún problema teológico en el hecho de que la expresión pneuma («espíritu») sea el sujeto agente de verbos que, a la luz de sus respectivos contextos, revelan la autoritativa y sensible persona del Espíritu Santo.
Mag. Leandro J. Velardo
* Las citas bíblicas reproducen el texto de la NVI.
[i] Siendo que hypo + genitivo tiende a denotar agentividad, entiendo que dicha construcción es otro argumento lingüístico válido en favor de la persona del Espíritu, e.g., Lc 2,26; 2 Pd 1,21.
[ii] CSGNT opera bajo los principios de la gramática sintagmática nuclear o gramática estructural de frases regidas por núcleos. Para más información sobre esta aproximación gramatical, ver Carl Pollard e Ivan Sag, Head-Driven Phrase Structure Grammar, SCL (Chicago: University of Chicago Press, 1994). Referente a las unidades léxicas neotestamentarias que integran el campo semántico «comunicación», véase Johannes P. Louw y Eugene A. Nida, Greek-English Lexicon of the New Testament: Based on Semantic Domains, 2 vols., 2 ed. (New York: United Bible Societies, 1996), 1:387-444.