18
octubre 2018

Dr. Claudio Ruff: «La universidad está con vértigo»

En el contexto del cierre del encuentro que mantuvo el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP), en las instalaciones de la Universidad Adventista del Plata (UAP), que se realizó entre el 11 y 12 de octubre, UAP Noticias tuvo la oportunidad de dialogar acerca de la actualidad universitaria con el Dr. Claudio Ruff, rector de la Universidad Bernardo O’Higgins de Chile.

¿Qué balance puede hacer de esta reunión del CRUP?

«Creo que una de las cosas importantes de la vida es aprender y ser capaz de poder reinventarse nuevamente a partir de lo que uno asimila. En esta oportunidad fui invitado a compartir alguna experiencia que tenemos nosotros desde el punto de vista del financiamiento en el sistema de educación superior en Chile y lo hice en el marco del ateneo de rectores. Ayer se plantearon tres temas: el aseguramiento de la calidad, el sistema de financiamiento y políticas públicas, de qué manera mejorar el rol que cumplimos las universidades, las instituciones de educación superior en la formación de nuestros estudiantes, futuros egresados y profesionales. Estoy muy contento con los resultados recogidos en estos espacios. Fue significativa la presencia de la autoridad de Políticas Universitarias de la Nación, en que pueda participar y dialogar con los rectores que constituyen el CRUP; y, por supuesto, los aspectos técnicos que se cosecharon en esta oportunidad, como fue el lanzamiento del Sistema de Integración de Investigadores Argentinos, tanto de universidades públicas como privadas».

En el nivel sudamericano las instituciones están sufriendo cambios, porque la sociedad lo está haciendo de igual forma, ¿usted cree que este proceso adaptativo de las universidades está a tono con las exigencias sociales vigentes?

«La verdad es que las universidades estamos muy provocadas, porque la velocidad con la que se han producido los cambios es impresionante. Yo diría que hay cosas que hace cinco años atrás no se nos venían ni por la mente y, hoy en día, han caído con mucha fuerza desde el sector productivo, desde el sector social. Voy a citar puntualmente el caso de Chile, en donde hace cinco años atrás se discutía que las energías renovables no convencionales no eran rentables porque eran demasiado costosas; puedo decir que la producción energética hoy en Chile, está fuertemente concentrada en las energías renovables no convencionales. Algo que ni pensábamos, pero hoy en día ha tenido un vuelco total. Desde el punto de vista social, los rectores chilenos el año pasado, no pensábamos que íbamos a tener un movimiento social como el que se generó en cuanto a la exigencia de mayor igualdad de género. Cosas como estas, no solo pasan en Chile, también suceden en Sudamérica y en el mundo. La cuarta revolución industrial nos está provocando a todos a producir cambios inéditos, que nunca habían ocurrido en la historia de la humanidad. Las tres revoluciones anteriores se fueron incorporando en determinados sectores de la economía. Esta cuarta revolución, está ingresando transversalmente a toda la sociedad, a todos los sectores productivos, a todos los países a nivel planetario. Por lo tanto, las universidades tenemos un gran desafío. Generar estos claustros es muy bueno, mejor sería si se repitieran más seguido, porque los cambios son muy rápidos».

¿Hoy las universidades están viendo la necesidad de colaborar mutuamente en un sentido mucho más estricto, más colaborativo, por una cuestión, no solamente de supervivencia, sino de mejorar en la calidad de la propuesta que tiene cada una de ellas?

«En ese sentido las universidades en general tenemos una cuota muy fuerte de tradicionalismo. Y esta condición, está enlazada con la historia de la universidad; hoy en día está siendo muy provocada porque, efectivamente, estos cambios están generando situaciones en las que el conocimiento no necesariamente se produce en la universidad, como es lo tradicional, sino que se genera en el sector productivo. Y de este ámbito nacen nuevos productos, nuevas iniciativas, nuevas patentes, nuevos emprendimientos y empresas. ¿Y la universidad? Alguien, haciendo referencia a esto, usó la frase, en el ateneo,: “está con vértigo”. Ahora, ¿cuál podría ser la mecánica o el mecanismo a través del cual la universidad baje de su torre de marfil, salga de su enclaustramiento o su isla? Es activando su tercera misión: la extensión. En Chile, de una u otra forma, se hizo una convergencia hace como seis o siete años, y pasamos a tener esa tercera misión como la vinculación con el medio social y productivo. Y se transformó a partir de este año en una política pública; hay una ley en la que una de las tantas cosas que se consideraron, fue que la universidad es la que tiene que salir a buscar a los que están afuera y vincularse con ellos mediante objetivos concretos. De aquí surge la vinculación con el medio social y productivo, en ambos sentidos».

¿Cuál es su visión de esta casa de estudios que está visitando, siendo esta la primera vez que viene a este lugar?

«Es la primera vez, pero no es que me sienta ajeno. Nosotros como universidad, hablando en nombre de la Universidad Bernardo O’Higgins, tenemos una alianza de congregación y colaboración con la Universidad Adventista de Chile, así que conocemos muy bien como institución, su mecanismo de funcionamiento. Y en lo personal, mi padre era adventista y mi abuelo también, así que conozco muy bien el espíritu y la religión adventista».