6
septiembre 2024

“Hay que promover el crecimiento de las empresas y sus dueños”

El 3 de septiembre, en el Salón de los Pioneros, la Lic. Paula Molinari realizó una exposición magistral bajo el título “El Salto del Dueño. El proceso de profesionalización de las pequeñas y medianas empresas”, en el marco del Congreso AFIDE Entre Ríos 2024.

La Lic. Paula Molinari es profesora en la Escuela de Negocios (MBA- EMBA) en la Universidad Torcuato di Tella (UTDT), fundadora y directora de WHALECOM, consultora líder en Latinoamérica en gestión del cambio y desarrollo de organizaciones e individuos, trabajando en todos los procesos relacionados con gestión de talento y cofundadora de El Salto, empresa que apoya a emprendedores y empresarios en sus procesos de profesionalización. También, autora del libro El Salto del Dueño (2012).

<<Identifiqué patrones en las distintas problemáticas que me planteaban las personas y luego, comencé a investigar. Así, surgió el libro El Salto del Dueño. A través de esta publicación he podido influenciar y realizar acciones que nunca hubiera imaginado>>.

En la exposición planteó la siguiente problemática: ¿Qué nos pasa como dueños emprendedores y la dificultad de consolidar nuestro emprendimiento?

A partir de esta pregunta, desarrolló las siguientes Etapas evolutivas de las empresas:

  1. Fundacional: iniciación en línea ascendente, de crecimiento (si tiene éxito). Tiene la característica del lugar central que ocupa el emprendedor, el dueño quien toma todas las decisiones. Por esto, en la portada en El Salto del Dueño hay un cacique. Es la metáfora de las decisiones centralizadas, de las personas que se ocupan de todo y tienen una posición central. La empresa crece y se necesita más materia primera. La polivalencia y los puestos y roles se configuran en relación con las capacidades de la gente. La confianza y la familia son ejes en la etapa fundacional, no se habla de desempeño. Otra característica típica es la polivalencia y sobre los puestos y roles que se configuran en función de las capacidades de la gente, y no al revés como ocurrirá en la etapa profesional. Esta forma centralizada en el dueño deja de funcionar y se necesita pasar a la segunda etapa. Lo más importante en esta etapa es el espíritu de familia y armonía y el valor primordial es la confianza.
  2. Funcional o Profesional: la delegación es un proceso fundamental. Aprender a delegar es complejo, pues involucra una transformación personal. En esta etapa se incorpora a profesionales, comienza el ordenamiento de roles, hay metas e indicadores claros.
  3. Multi empresa: la generación de valor viene de más de un negocio, pero está apoyado en el negocio madre. Es decir, por ejemplo, que la primera administración también administra al nuevo edificio que se construye hasta que la empresa madre decide separarse, dividirse.
  4. Holding o Grupo empresario: etapa de mayor evolución, unidades de negocios autónomas con algunas funciones trasversales. A veces, hay generaciones detrás, lo que genera un desgaste del dueño y de quienes lo rodean. Los dueños toman muchas decisiones desde lo más operativo a lo estratégico. Sin lugar a duda, el obstáculo principal son los dueños. Esto sucede a los “caciques” en cualquier lugar del mundo, es transcultural. El emprendedor necesita cambiar.

<<Fundamentalmente, hay tres aspectos que llevan a dar “el gran salto” de la etapa fundacional a la profesional: 1. El cambio de estrategia personal (mejorar la calidad de vida) es diferente al anterior, ya que los emprendedores jóvenes (menos de cuarenta años) ya comienzan su empresa pensando en salir de ella. 2. La complejidad del crecimiento de la empresa. Hay que reorganizar todo para cuidar a la empresa y al dueño. Sin dudas, la empresa que evoluciona requiere más formación de ideas. 3. Exit planning (salida de emergencia) te dice cómo salir de la empresa. Es decir, procura maximizar el valor de la empresa, reducir el costo al momento de realizar la transición, dar a conocer todas las alternativas a los dueños, trabajar con ellos para que estén preparados en el área personal y financiera y, por último, que siempre exista un proyecto posterior. En síntesis, te dice cómo salir de la empresa. Pues, salir de la empresa que uno fundó es más difícil que fundarla. Se puede salir a través de la venta, el Management professional o el traspaso generacional.  Si no quiero perder valor en la empresa, debo pasar por el proceso de profesionalización.

En la etapa fundacional la información es escasa, se opera por intuición. La información comienza a generarse en la segunda etapa. Este pase implica todo el flujo de información y tener formación para la toma de decisiones. En la primera cultura de familia no hay precios ni castigos, ni diferenciación en desempeño, pero en la etapa profesional hay diferenciación de las personas que cumplen y logran las metas de las que no lo hacen. En la primera etapa existe la burocracia (evaluaciones de desempeño, potencial) pero sin resultados. Sin embargo, al profesionalizarse las empresas realizan un viraje a la meritocracia. Es decir, hay diferenciación entre personas que aportan valor de las que no. Sobre esta base se desarrollan oportunidades como, por ejemplo, el crecimiento, aumento del sueldo. Entonces, las empresas siempre pasan de la cultura de familia a la meritocracia cuando avanzan en el proceso de profesionalización. Todo esto es una transformación cultural que implica un cambio. En el proceso de transformación cultural hay que sostener el cambio a las reglas del juego.

Finalmente, los herederos de la familia no son autónomos. Aquí, la principal barrera que tiene el fundador o dueño es dejar de hacer todo lo que estuvo haciendo, y hacer algo nuevo, trabajando en lo estratégico. De hecho, en las empresas hay tres estamentos: los accionistas, el directorio y la ejecución. Entonces, las empresas se profesionalizan cuando comienzan a separar a cada uno.

Debemos avanzar en tres etapas para “recortar plumas” (metáfora del cacique): la estrategia, la gente y la formación (tecnología). En la etapa fundacional, el dueño decide por intuición, toma de decisiones descentralizadas, las personas son supervisores, hay estrechos lazos de confianza y lealtad, la empresa esta fusionada con la identidad del dueño. Más adelante, en la segunda etapa, se separa la identidad propia del dueño de la empresa. La primera etapa es operacional, la agenda de la gente es del día a día. A diferencia de la profesional, hay un plan estratégico, planificación, seguimiento de metas, datos y se comienzan a descentralizar determinadas decisiones. El proceso de delegación es un proceso fundamental donde se empieza a delegar a personas autónomas. Tienen que cambiar determinadas personas, porque tenemos la necesidad de otras capacidades. Se requiere un cambio de mix. A partir de ahí, se comienza a trabajar en marketing basado en un plan estratégico y la agenda cambia a ser a futuro con planes y propósitos. Si comparamos entre la primera y la segunda etapa, la intuición pasa a metas y objetivos y la agenda mira la rentabilidad, determinados indicadores y las ventas se buscan a través del marketing. Con respecto a la gente, en la primera etapa no hay proceso de selección estandarizada a diferencia de la etapa profesional, donde aparecen nuevos gerentes con la característica de hacer delegar. En pocas palabras, la característica principal de un gerente es la autonomía, se incorpora a profesionales, generando reconocimiento, las personas tienen metas claras, se observan los objetivos individuales, se premia a quien aporta valor y se toman acciones con las que no aportan valor. Es un gran cambio que estandariza el proceso de selección y  trae consigo una interna de recursos humanos, ya que hay pensamiento a futuro; la restructuración de la empresa, una agenda especializada, el desempeño, la gestión del talento, inversión en sistemas de información,  los presupuestos para la toma de decisiones, la apariencia de variables con indicadores en un tablero de gestión del control, la posibilidad de realizar un planeamiento impositivo, y el área de administración y finanzas obtiene un rol de gestión del control, de apoyo en las decisiones.

Las claves del éxito para una transformación en las empresas requieren de un equipo:  la necesidad de un grupo de personas que apoyen y promuevan el proceso de profesionalización, requiere foco, disciplina y planificación. Fundamentalmente, todo está basado en el cambio personal del dueño: dejar de hacer lo que hacía para hacer algo diferente. El aprendizaje es una de las claves para poder avanzar en este proceso. Es decir, avanzamos de a poco. Tenés que generar un cambio general de todas las personas de la empresa, armar procesos nuevos, consolidar una nueva cultura profesional.

Lo que me gustaría destacar es que nuestras empresas no cambian si nosotros no cambiamos. Entonces, el proceso de profesionalización es un gran progreso del cambio personal.  En la vida de los emprendedores y dueños hay un gran desafío que es evolucionar personalmente para que las empresas evolucionen>>.

Además, la Lic. Paola Molinari tiene un podcast llamado “El Salto del Dueño “y la película “El Salto del Dueño”.

Para más información visitar los siguientes enlaces: http://pmolinari.com/https://www.whalecom.com.ar/ .