El 27 de mayo la Universidad Adventista del Plata (UAP) propuso un programa espiritual en el marco de la primera Colación de grados del año.

La bienvenida al programa estuvo a cargo del capellán Lucas Muñoz, mientras que el mensaje central fue presentado por el Pr. Ariel Meda, padre de uno de los egresados.

Se contó con la presencia del Prof. Eduardo Valentini, director de Educación de la Unión Argentina de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, quien hizo entrega de medallas de reconocimiento para los alumnos que estudiaron en una institución adventista en todos los niveles de la educación formal.

Luego, se abrió un espacio de participación que estuvo coordinado por el Mag. Arturo Finis, vicerrector de Comunicación y Relaciones Institucionales, y director de Desarrollo Institucional, en donde padres y graduandos compartieron testimonios de cómo fue el camino que recorrieron para llegar a terminar los estudios universitarios.

UAP noticias pudo dialogar con el Pr. Ariel Meda quién dejó un mensaje motivador y esperanzador para los egresados: «En esta nueva etapa que se abre delante de ellos, sin duda va a haber desafíos. Los mismos que ya enfrentaron antes, durante la cursada, fueron peldaños, escalones que Dios les permitió pasar. El mismo Dios que los ayudo a superar esas dificultades, los va a ayudar de aquí en adelante. En la vida hay momentos de victorias, triunfos, desafíos; situaciones en las que no se sabe qué hacer, instancias en las que es mucho más fácil salir cuando nosotros hemos aprendido a depender de Dios y a confiar en él. Todos los logros, sin duda, resultan con la ayuda de Dios, lo queramos reconocer o no, y es mejor hacerlo, porque cuando lo hacemos somos agradecidos para con él y lo habilitamos para que nos continúe acompañando. Entonces, me parece que ahí radican algunos de los secretos para interpretar el pasado, entender el presente y proyectarnos o impulsarnos hacia el futuro. Creo que Dios nos dice: «tengo un plan, tengo un proyecto para cada uno de ustedes» y está en el libre albedrio de cada uno seguirlo, ya que nos da esa libertad de elegir, de aceptar ser parte ese plan o no. Aprendí por experiencia propia que es mejor cuando nosotros aprendemos a hacerle caso a Dios y cuando seguimos sus planes».