diciembre 2022
Una comunidad vinculada con la vocación al servicio
UAP Noticias dialogó con el Mag. Horacio Rizzo, rector de la Universidad Adventista del Plata (UAP), quien brindó un análisis de lo que dejó el 2022 para esta comunidad educativa.
Un nuevo período llega a su fin para iniciar otro cargado de expectativas, planes y el convencimiento de que Dios, fuente inagotable que sustenta cada aspecto de esta Casa, está al frente de todo.
Bajo esta impronta se mantuvo un diálogo con quien lidera la administración de la Universidad, el Mag. Horacio Rizzo.
El inicio de la conversación con el rector de la UAP se centró en la internacionalización de este campus, una cualidad que destaca a nivel nacional y, además, una responsabilidad inequívoca por la connotación global que tiene la misión y visión institucional. «Este aspecto, el de la internacionalización, es una cualidad buscada por las universidades, característica, también, que borra fronteras y que conduce a vinculaciones que enriquecen y desarrollan a estas casas de educación superior, sus comunidades y sus proyectos. Acerca de esto, la UAP, es beneficiada, bendecida con esta posibilidad de la multiculturalidad singularizada en el alto porcentaje de alumnos representativos de diferentes naciones, situación que ubica a esta Institución, en algunos momentos, como la universidad con mayor representación internacional entre su estudiantado, y que residen en este campus». Continuando con su alocución, el Mag. Rizzo caracterizó: «A modo de ejemplo y tomándonos de algo muy folclórico, durante el Mundial de Fútbol, que se realizó en Qatar, nos confrontó con la realidad de establecer espacios para que los alumnos puedan ver y alentar a sus representativos nacionales, procurando, además, evitar que este disfrute no se transforme en una rivalidad. Esta internacionalización nos muestra como ciudadanos del mundo, una hermandad sin fronteras y que resulta en un enriquecimiento mutuo en lo lingüístico, cultural, afectivo, social, moral y religioso, cuestión que debemos aprovechar. En lo personal debo agradecer porque, aunque de manera circunstancial debo conducir, coordinar el devenir de esta Casa que recibe a estudiantes de distintos puntos del planeta y que, también, devuelve al mundo profesionales aptos, con competencias destacadas. Este intercambio enriquece y ubica a nuestros egresados en los distintos continentes el planeta, representando la formación integral que recibieron en la UAP».
«Entre esta diferenciación voluntaria entre beneficios y bendiciones, nos encontramos con un perfil institucional del graduado cuyas competencias, homologadas en ámbitos nacionales como internacionales, pero una de ellas de gran relevancia en estos tiempos, la inclusión. «Este es un valor, un concepto que debemos resguardar –afirma el rector de la UAP–. Pero que, dependiendo la entidad puede hacer énfasis en un área u otra. Cuando hablamos de inclusión, como Institución, no nos encerramos en un aspecto, lo abordamos en su amplitud conceptual y lo resguardamos en cada abordaje que se realiza en la Universidad. Por esto invertimos en este valor de manera integral en nuestro estudiantado, así implementamos un sistema de atención de alumnos con capacidades diferentes en el nivel primario, adaptando la currícula a estos procesos. Además, contamos con un grupo de estudiantes universitarios que manejan el lenguaje de señas, otros que escriben en el sistema Braille, todo esto para derribar obstáculos y abrir posibilidades para todos. Esto nos muestra que la inclusión va mucho más allá de lo que pensamos y tiene que ver con la aceptación completa de la persona, como hijo de Dios. Aún en la aplicación de alguna medida disciplinaria, de corrección, es una cuestión que atañe a la inclusión, representada en las formas que se utilizan para este fin. Es así que, como Universidad destacamos este valor en todos los aspectos del ser humano».
Hace ciento veinticinco años se fundó este proyecto educativo que conocemos como UAP. Y se estableció en un lugar privilegiado, rodeado de naturaleza y un hábitat cuidado. El paso del tiempo no modificó los objetivos primordiales de esta gesta institucional. «Pensando en aquellos inicios, incipientes, pero con convicción, asentaron esta Casa en este lugar de Entre Ríos –afirma el Mag. Rizzo–. Aquellas distancias que nos separaban de grandes urbes, como puede ser Buenos Aires, no eran las mismas, pensando en esos caminos de tierra, sin el Puente Blanco. Hoy esos trayectos se acortaron, la irrupción de la tecnología nos propuso otro espacio de confort, pero no se perdió esa característica rural fundacional, que guarda esa característica particular que tiene la gente del interior: el de ser afectuosa y amigable. Hoy Libertador San Martín nos otorga un marco que va más allá de este campus universitario. Siempre les digo a las personas de aquí que son parte de este campus. Aunque tenemos más de ochocientos estudiantes que habitan las residencias universitarias, un gran grupo también convive y se forma en esta comunidad entrerriana. Y quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a la gente de Libertador San Martín, a cada vecino, al comerciante, a cada persona que colabora con la edificación del alumno que se llega hasta este lugar, en búsqueda de muchas cosas más que un futuro profesional». Siguiendo la conversación, el rector de la UAP consignó. «Otra característica que destaca a esta comunidad rural es la gran cantidad de adultos mayores, muchos de ellos jubilados que pasaron por las instituciones que se forjaron en este lugar, y que fueron testigos del paso del tiempo y los cambios que se fueron produciendo. También, aquí conviven una gran cantidad de niños, a modo de ejemplo, la Escuela N.o 104 D. F. Sarmiento, que desarrolla sus actividades dentro del campus de la UAP, cuenta con una población primaria de seiscientos alumnos. Estas dos características son una bendición para la comunidad universitaria pues ven en esos niños el futuro y observan en el adulto un nexo con su vocación, su misión, con su visión de la vida, cuestión que es altamente enriquecedora».
Culminando, el Mag. Rizzo centró su atención en la familia de la Universidad: «Hay muchas cosas por agradecer y las palabras son insuficientes. Me gustaría hacerlo de manera personal, cara a cara con cada miembro de esta Casa. Pero destaco el trabajo denodado de cada área en pos el proyecto institucional y que, gracias a una cadena impresionante de esfuerzos y dedicación, han logrado la oportunidad de que la UAP pueda proyectarse local, nacional e internacionalmente. A todos, muchas gracias y que Dios los bendiga ricamente».