22
agosto 2019

Banda Sinfónica UAP: 40 años de historia, en primera persona

No hay mejor manera de conocer una historia, que acercarse a ella a través de las voces de sus protagonistas. Esta en particular, tiene su origen en 1979, cuando, en el Colegio Adventista del Plata (CAP – hoy Universidad Adventista del Plata), se forma la Banda Sinfónica de la mano del Maestro Jack Boyson, músico norteamericano que llegó a Sudamérica 4 años antes.

La idea de generar la Banda Sinfónica surge cuando Jack Boyson estaba trabajando en Uruguay como profesor de música e inglés; algunos administradores del CAP, en Entre Ríos, se acercaron al Instituto Adventista de Uruguay, para invitarlo a dar forma a este proyecto. Él aceptó y se mudó con su familia a la Argentina. Boyson recalca que, sin el apoyo institucional, que impulsó y acompañó este proyecto musical, no hubiese sido posible. Especialmente mencionó al Prof. Waldemar Wensell, director de la escuela de Música, y al pastor Isidoro Gerometa, rector del Colegio, y a la generosidad de mucha gente que brindó su amistad, conocimiento, tiempo y recursos. Un ejemplo de esto: la mayor parte de los instrumentos de la primera Banda fue gracias a la donación de distintas personas que se involucraron en esta empresa.

Una vez llegado al país, Boyson comenzó a reclutar estudiantes para originar la Banda Sinfónica de la UAP. El reclutamiento de los músicos tenía una única condición: sin importar el nivel de formación en música, el énfasis estaba en el deseo de aprender y en aprovechar sus tiempos libres para perfeccionar la interpretación de los instrumentos. Entre los alumnos, se fundó un familiar espíritu de camaradería con el maestro Boyson. Los ensayos se realizaban en las noches, de domingo a jueves, durante más de una hora, durante cinco años. Era un momento de la historia de esta agrupación en donde todo el mundo quería estar en la banda: los interesados hacían fila y se había conformado una lista de espera compuesta por 80 jóvenes. En proporción al crecimiento del proyecto, también fue en aumento el nivel de exigencia.

No solo se interpretaba música sacra, sino también se incorporó al repertorio música popular argentina, lo cual agradó a su público entusiasta.

Además, la Banda Sinfónica realizó viajes durante toda su trayectoria, tocando en muchas salas importantes de la Argentina: Teatro 3 de Febrero de Paraná, Teatro Alberdi de Mar del Plata, Auditorio Belgrano y Teatro de las Provincias, de Buenos Aires. Igualmente, se presentó en importantes salas de las ciudades de Mendoza, Córdoba, Corrientes, Balcarce, San Francisco, Villa María, Santa Fe y Bahía Blanca, entre otras.

Por la forma en que fue gestada, la Banda Sinfónica fue una escuela para motivar a los músicos para que alcanzaran la excelencia integral que fomenta, desde su fundación, la UAP.

Por la Banda pasaron seis directores: Jack Boyson, quien inauguró esa función, sucedido por su discípulo, Jorge Riffel; a él le siguieron Eduardo Basualdo, Dale Rhodes, Rolando Rodríguez y Gonzalo Aquino, quien actualmente ocupa la dirección de esta agrupación.

UAP Noticias estuvo en el ensayo general, realizado en el Salón de los Pioneros, el viernes 16 de agosto, en el marco de la celebración de cuadragésimo aniversario de dicha Banda.  Pudimos consultar a algunos de sus primeros integrantes, anécdotas que vivieron, al germinar esta agrupación que, hasta estos días, continúa colmando con sus armonías instrumentales este campus universitario.

«Hay varios momentos especiales que vienen a mi mente – confiesa Jack Boyson -. Uno de ellos fue hacia 1984, cuando tocamos en el Teatro Municipal 3 de Febrero de Paraná, en un concierto de gala. Allí, Ronald Streuli, que era mi tubista, tocó un solo con el ensamble de vientos, frente a una audiencia que incluía a autoridades gubernamentales. Fue una canción folclórica, Puff the Magic Dragon. Nunca había visto a un solista tocando frente a un grupo así, y ese fue uno de los puntos más altos de mi carrera, donde este jovencito dominó ese instrumento dejando asombrado al público. Fue un momento que jamás voy a olvidar porque fue algo extraordinario, incluso los chicos de la Banda estaban aplaudiendo».

Continuando con sus recuerdos, el fundador de la Banda Sinfónica de la Universidad se enfocó en otro momento de esta agrupación: «En el año 1983 entablé muy buena relación con Reynaldo Zemba, quien era el director de la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos. En ese tiempo, decidimos interpretar juntos la Obertura p.1812 de Tchaikovsky, que requería no solamente una orquesta grande, sino también una banda militar, para usar sus cañones. Así es que, nos reunimos e hicimos un concierto hermoso; más de 3 mil personas estaban en el auditorio. El único problema es que olvidamos avisar a las autoridades competentes; por eso, cuando los cañones empezaron a sonar, desde las áreas de emergencia de la ciudad pensaron que había sucedido una explosión con heridos, muertos, etc., y se había movilizado todo un protocolo sanitario para cubrir semejante accidente. La llamada de atención a semejante descuido quedó para la anécdota».

El maestro Boyson continuó compartiendo con UAP Noticas aquellas historias que lo marcaron en su carrera profesional y en su experiencia como director de la Banda: «Otra anécdota imborrable que nos sucedió, que muy pocos saben, fue cuando nos dirigíamos al Instituto Adventista de Uruguay, donde comencé mi trabajo aquí en Sudamérica. Para cruzar al país vecino había que tener un permiso para menores de edad; yo tenía los permisos de mis hijos, pero no de los miembros de la Banda, y todos eran prácticamente menores. Cuando llegamos a la frontera, el oficial de inmigración me preguntó si tenía permiso de menor (en singular, no en plural), y yo le dije que sí, entonces empecé a sacar el de mis hijos, y el oficial me dijo: “está bien, está bien”. Hasta el día de hoy pienso en las consecuencias que pudo haber tenido mi descuido, pero, ese mismo día, al haber una pequeña demora en la frontera, con la Banda realizamos un concierto allí mismo. Las personas que nos acompañaban en la espera se sumaron y demostraron su alegría ante tan particular espectáculo».

Hoy, Jack Boyson reside en la Ciudad de Baltimore, en el estado de Maryland, Estados Unidos.

A continuación, UAP Noticias reproduce otras voces de los primeros componentes de este grupo, quienes cuentan la historia, su historia de su paso por la Banda Sinfónica de la Universidad.

 

Haroldo Cairo, integrante desde 1979 hasta 1982. Actualmente reside en Barcelona, España.

«Yo vivía aquí en la Villa, y estudiaba teología y un poco de música, bueno, las cosas que ofrecía la UAP en aquel momento. Tocaba la flauta y estudiaba canto. Cuando apareció Jack Boyson, y comenzó a armar la Banda, me entusiasmé porque tenía el sueño de estudiar trompeta, y como él tocaba Corno y era profesor, le fui a preguntar si podía formar parte de esta propuesta, a lo que me respondió directamente: “Mirá, trompetas tengo muchas, si quieres entrar en la Banda, toca el Trombón”. En ese momento le respondí que sí, de inmediato me dieron un trombón, empecé a practicar y entré en la Banda. Pasé tres años y pico, tan lindos, que en mi último viaje antes de irme a estudiar Medicina, volviendo de Misiones en la chancha (Colectivo del CAP que transportaba los grupos oficiales), venía largando lágrimas porque sabía que estaba terminando una etapa que caló tan profundo en mi corazón, fue algo realmente maravilloso».

 

Raúl Zanatta: integrante desde 1979 hasta 1980. Reside en Riverside, California

«Vine a estudiar al CAP a mitad del año 79´, o sea que la Banda acababa de comenzar, y necesitaban desesperadamente alguien que tocara el bombo y los platillos, y esos fueron los 2 instrumentos que toque yo. A pesar de que sabía algo de música, estaba más perdido que gaucho en New York, y siempre tocaba fuera de tiempo (risas), y todos se daban vuelta y me miraban. Era algo vergonzoso para mí. Pero recuerdo que Jack Boyson hacía lo imposible para que cada vez que tenía que sonar el platillo o el bombo, lo hiciera a tiempo. Él me miraba y se tocaba el ojo, como diciéndome “mírame, mírame, mírame, aquí viene, aquí viene y ¡Bum!”. Bajaba la mano y me mostraba el momento exacto donde tenía que tocar. Para mí, fue una experiencia muy interesante, cambió mi vida. Estudié el Profesorado Nacional de Música en el entonces CAP. Trabajé 11 años como profesor de Música en el CAP/UAP, después de graduarme y me desempeñé un año como misionero en Paraguay. Hace 23 años que vivo en USA donde trabajé en California (7 años) y en Hawaii (14 años). Ahora estoy haciendo una carrera de postgrado en La Sierra University, una Maestría en Educación».

 

Liliana Streuli, integrante desde 1980 hasta 1983. Actualmente reside en Los Polvorines, Pcia. de Buenos Aires y es docente de Música.

«Cursaba el séptimo grado de la primaria aquí en la Villa, rondaba la 2da semana de oración del año, en septiembre/octubre, y la profesora que tocaba el piano en el salón de actos (Patricia Chicahuala), me manda a decir que me estaba esperando el Profesor Boyson en el Conservatorio, que cuando yo saliera de ahí, tenía que pasar por aquel lugar; no me dio más detalles, así que fui hasta allí y me encontré con él, quién me dijo:

  • Hola ¿Cómo te llamas?
  • Me mandaron a llamar, no sé de qué se trata.
  • ¿Ves estas dos ollas grandotas de hacer zapallo? Son para hacer dulce de zapallo. ¿Quieres tocarlas?
  • Siii!!… Pero ¿cómo se toca?

(Risas) Porque en mi vida jamás había ejecutado nada parecido; pero tenía un compañero en el grado (Ariel Noltze), que estaba en la Banda y yo también quería participar, porque era algo bellísimo que no estábamos acostumbrados a ver. Y así comenzó mi historia. Cambió mi vida ese día, puesto que, cuando comencé con la Banda, descubrí una persona digna en el Maestro Boyson, que nos enseñó metodología, constancia, a pulir las canciones de un modo que no estábamos habituados. Y esos años, para todos los que estuvimos en la Banda, realmente fueron un remanso y una escuela única, donde no sólo aprendimos a pulir obras, sino también cualidades para el resto de la vida. Además, tuve el placer de participar con mis dos hermanos Ronald y Nancy representando al colegio. Ese año se dividió el grupo, porque éramos muchas personas, y los tres quedamos en la Banda oficial de la UAP, y el resto del gentío se conocía como “La Tronqui banda”, que era bárbara».

Nancy Streuli, integrante de la Banda, bajo la batuta del maestro Jack Boyson, del profesor Jorge Riffel y de Eduardo Basualdo. Actualmente reside en Libertador San Martín, dirigiendo la Camerata Clásica.

«Cierta vez fuimos a una iglesia en Corrientes y como yo tocaba percusión, mis timbales no entraban por la puerta principal; entonces, los ingresamos por la puerta de la sala pastoral; pero resulta que, entró solamente un timbal en la plataforma. Así que yo tenía los timbales, en dos lugares diferentes. Parada bajo el dintel de la puerta, veía de refilón al director, y cuando tenía que tocar tocaba. Estar en la Banda Sinfónica de la UAP fue una experiencia bellísima, porque la música nos hacía ir a lugares donde jamás hubiéramos llegado, si no hubiera sido por tocar un instrumento, participar en la banda y estar en la UAP».

Jorge Riffel, primer integrante de la Banda Sinfónica, y director de la misma durante los años 1984/1986, 1992/1996 y 2000/2013.

«Un momento que recuerdo y que marcó la importancia que tenía esta agrupación, fue cuando participábamos en una gira y un joven escuchó la banda, y le gustó tanto, que decidió venir a estudiar Música a la Universidad; luego se especializó en canto. La banda le dio el entusiasmo y lo motivó para venir a estudiar».

La Banda Sinfónica de la UAP es una propuesta que se enmarca en los principios que tiene la Educación Adventista, además de estimular la formación académica, en promover la formación integral del ser humano.