noviembre 2022
“La razón es el servicio”
El alumno Orlando David Castillo Suárez, estudiante ecuatoriano del segundo año de la carrera de Lic. en Comunicación de la Universidad Adventista del Plata, cumplimentando un requisito de la cátedra de Comunicación Escrita II, cuya titular es la Mag. María De Biaggi, compartió con UAP Noticias una entrevista que le realizó a la asambleísta Amada Ortiz.
- La Abg. Amada María Ortiz es asambleísta independiente en Ecuador por la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas desde el año 2021.
- La legisladora fue separada recientemente del bloque de Izquierda Democrática por conflictos internos.
Estos últimos años Ecuador se ha caracterizado por su inestabilidad política, en medio de un caos social desde varios sectores de la sociedad que reclaman una mejor administración. La confianza en los políticos se ha destruido como producto de la corrupción y las crisis sin fin que afectan a los ciudadanos.
Conversamos con la asambleísta Amada María Ortiz sobre la situación actual del país en diferentes ámbitos legales, sociales y económicos. Desde el punto de vista de una mujer con un asiento en el poder legislativo, analizamos el porqué de todos estos problemas y las posibles soluciones para un futuro mejor.
– Ha pasado más de un año desde que usted fue escogida asambleísta por la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, ¿qué fue lo que la motivó a lanzar su candidatura y tomar un cargo tan importante?
– Siempre tiene que haber un nexo causal, una razón, un objetivo que a uno lo lleve a incursionar y a desenvolverse en los cargos públicos. La razón siempre será el servicio. Representar a mi provincia Santo Domingo de los Tsáchilas, realmente fue una meta pensada y sentida hace muchos años atrás, desde que me desempeñaba como concejala.
Observé que las leyes se trabajan, se presentan, se aprueban, se revisan en la Asamblea Nacional. Vi que la necesidad de ser asambleísta era más que un sentir, sino llevar ese nexo causal, de aportar con el conocimiento y formación académica y jurídica a dar soluciones a los nudos críticos, que muchas veces son la dificultad para el ejercicio pleno de los derechos que tenemos los ciudadanos.
– La política es un tema controversial en nuestra sociedad. Según Encuesta Ecuador 2021, el 85% de los jóvenes no se sienten interesados en los partidos y organizaciones políticas. ¿Es necesario que los jóvenes se involucren en la política?
– ¡Por supuesto! No solo es importante, sino que es obligatorio. Porque en las líneas de los cuerpos legales y los articulados de toda una legislación van implícitos los derechos, que luego son ejercidos y gozados desde las dependencias públicas. La política pública no puede tener competencia ni facultad, si no hay leyes. Entonces esas leyes que son construidas para los ciudadanos también involucran a los jóvenes. Especialmente a los jóvenes, con mucha más legitimidad, porque les pertenece este presente y el futuro.
– Muchos jóvenes tienen una noción negativa de política, ya que la relacionan como un principio de corrupción. Son comunes frases como: “todos roban”, “todos son ladrones”, especialmente al referirse a asambleístas. ¿Cómo se puede cambiar este pensamiento en la juventud?
– Primeramente, el asambleísta no maneja presupuesto ejecutor, es decir, no tiene en sus manos un presupuesto que pueda corromper; como es el caso de los administradores o los ejecutores. Segundo, la corrupción no es sinónimo del político, sino del ser humano. Cuando el vecino de la tienda no te da el vuelto completo, está corrompiendo lo correcto; lo hace el maestro, el clérigo, el artesano. La corrupción no está en el oficio ni en el ejercicio, sino en la conciencia del ser humano, tú simplemente estás en un escenario para demostrar lo que eres. Y si se cree que el asambleísta lo puede hacer, pues hay una equivocación.
– El presidente Guillermo Lasso anunció una consulta popular para el 2023, y una de las preguntas propone reducir el número de asambleístas. ¿Qué piensa usted al respecto? ¿Deberíamos votar a favor?
– Yo diría que sí y no. Se podría reducir ese número en los asambleístas nacionales, ya que ellos hacen el mismo trabajo que los asambleístas provinciales. Si ya tenemos asambleístas que representan al territorio, ¿por qué sumar nacionales? Es una opinión muy personal, que hago como ciudadana.
No, también porque las provincias que tienen una población numerosa se les reducirá el número de representantes por ser provincia pequeña. La representación debe ser equitativa para los territorios, con voces legítimas y liderazgo.
Decir que se va a reducir un presupuesto, que va a ser significativo, y que va a cambiar el destino del progreso del país es una gran mentira. Porque si no robaran, si no alteraran los precios, entonces sobraría o alcanzaría el presupuesto para las obras de cada territorio.
– Se volvió noticia hace unos meses el hecho de que había varios precandidatos para la candidatura de Quito sin ninguna afiliación a algún partido político, esperando ser acogidos por uno. ¿Qué dice esto de nuestro país? ¿Hay una crisis ideológica en este momento en Ecuador?
– Podría ser. Yo creo que es legítimo pensar que se va perdiendo la credibilidad en la política como institución, y sobre todo desde el punto de vista de los jóvenes, ya que han visto a actores políticos ir de un lado a otro. En mi caso, mientras la convicción sea el servicio, las ideologías y las lealtades se mantendrán, así hallan cambios.
– En la prensa y en las redes, su imagen ha sido atacada desde su salida de Izquierda Democrática, por no haber estado de acuerdo con las decisiones del bloque. ¿Cuál es la realidad de ser una mujer en los grandes puestos de poder? ¿Qué implica ser una mujer en la asamblea?
– Valentía y conocimientos de derechos. Conocimiento de derecho porque sé que dentro de la constitución tengo los mismos derechos; no son derechos de género, sino son derechos de ciudadano.
Valentía, porque a diario sé a lo que me tengo que enfrentar. El machismo, que no solo es de los hombres, también de las mujeres, siempre será esa lucha diaria. Se tienen una muy mala idea de que tengo que apagar una luz para encender la mía, cosa que no es así. Todos nacemos con nuestra propia luz, con el mismo cielo sobre nosotros y con un Dios que nos ama. Simplemente, hay que actuar bien para que las cosas sean para bien.
– Esta semana, lamentablemente recibimos la noticia del femicidio de María Belén Bernal. Un caso que conmocionó a todo el país y ha puesto el foco de atención en la Policía Nacional. ¿Podemos todavía confiar en las instituciones, que se supone velan por nuestra seguridad y bienestar?
– Deplorablemente, la Policía va perdiendo credibilidad. Lo digo como ciudadana, cuando veo un policía pienso “uff, estos como pueden estar pidiendo que te comportes bien”. Vemos que cada vez que se desarticula una banda de narcotráfico hay de por medio un policía o un militar. Vemos un policía grabado en las redes sociales golpeando a una mujer. En el caso de María, vemos una madre suplicando, un hijo que manda cartas. Vemos que solamente hay un presidente que lamenta, pero que no toma cartas en el asunto. No hay un ministro que desarticule o investigue. Entonces entendemos porque la credibilidad de la Policía se va perdiendo, sobre todo en nuestro país.
Pero también hagamos un paréntesis y reflexionemos en los valores y los principios que se han ido perdiendo. La lejanía que tiene el ser humano con Dios en estos últimos tiempos es uno de los elementos que está afectando a la sociedad.
Días después de la entrevista, la asambleísta fue escogida junto a otras cuatro colegas para una comisión ocasional, con la tarea de investigar el caso María Belén Bernal
– ¿Qué podemos hacer entonces para cambiar esto? ¿Qué necesita pasar para que se apliquen las leyes?
– Primero se necesita un ministro de Gobierno que esté bien parado, que sepa que es lo que va a hacer. Una policía capacitada en el conocimiento de sus reglamentos, protocolos y su objetivo principal, que es defender la vida. Son necesarios, gobernadores, directores de cárceles, ministros con capacitación y dotación. Ojalá que el Gobierno tome cartas en el asunto y haga una depuración de la policía.
– Cambiando de tema, usted fue escogida este año presidenta del grupo interparlamentario entre Ecuador y Argentina. ¿En qué consiste este grupo? ¿Cuál es su finalidad?
– Además de representar a las provincias en la Asamblea, trabajamos también en otros espacios. Uno es ser parte de una comisión especializada, yo pertenezco a la comisión de la niñez, y el otro es conformar un grupo parlamentario con cualquier país. Yo elegí Argentina. En algún momento conocí Argentina, me encantó, me gustó, tengo a mi hijo estudiando allá. Quise conocer la cercanía de los estudiantes ecuatorianos en Argentina, sus necesidades, sus preocupaciones, sus tristezas, sus anhelos.
Ya hemos tomado contacto con el embajador, con el ministro de comercio, con el cónsul y estaré viajando próximamente a Argentina. Hemos presentado líneas desde la educación, la salud y el comercio, en planificaciones estratégicas para este año y el siguiente, que presentaremos en las cámaras argentinas.
– Una frase que ha repetido varias veces y usa constantemente en sus redes sociales es: “la razón es el servicio”. ¿Qué significa este lema para usted? ¿Por qué lo escogió?
– “La razón es el servicio” es una patente mía. Yo no creo que uno vaya a un lugar por ir. Yo creo que la ejecución y administración de los cargos de poder deben llevar una razón, y no puede ser otro que servir.
Orlando David Castillo Suárez
2º año Lic. en Comunicación
Universidad Adventista del Plata