diciembre 2019
Cuando cada desafío es un escalón hacia el éxito
La Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD), en el nivel mundial, se administra a través de trece divisiones, coordinadas desde la Conferencia General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, cuya sede central está ubicada en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos.
Con presencia en 215 países, llega con un mensaje de esperanza en 1002 lenguas y dialectos a través de sus iglesias, colegios, clínicas y otras instituciones alcanzando culturas en los cinco continentes.
Interamérica es una de estas divisiones, conformada por cuarenta y dos países distribuidos administrativamente en veintidós uniones. Allí, en una geografía exótica, el turismo es una de las principales fuentes de recursos.
Días atrás estuvo en la Universidad Adventista del Plata (UAP) el Pr. Marcos Salas, venezolano quien, junto a su esposa y dos hijos, desarrolla su ministerio evangélico en aquella división de la IASD, particularmente, en la Isla Saint Martin.
«La isla cuenta con 87 km² de superficie, está dividida políticamente en dos: la parte norte, perteneciente a la República Francesa y, las tierras al sur corresponden a Países Bajos. En este lugar cohabitan unas treinta mil personas, de nacionalidades y procedencias diferentes, que viven del turismo», caracteriza el Pr. Salas ante la consulta de UAP Noticias.
St. Martin es parte de las islas de Barlovento en el mar Caribe. La isla (en francés, Saint-Martin; en neerlandés, Sint Maarten) es una isla ubicada en el mar Caribe, aproximadamente a 240 km al este de la isla de Puerto Rico. Seguramente, esta diversidad cultural en la población radica un gran desafío para la propagación del evangelio, a lo que el Pr. Salas consignó: «A diferencia con estas tierras sudamericanas, en las que la mayoría de los creyentes son católicos, en la isla prevalece una gran representatividad protestante. Esto se debe a que la totalidad de las islas de esta región tuvieron una gran infrecuencia británica, aunque luego fueron conquistadas por otros países europeos (Francia, Holanda, entre otros). A pesar de esto, la cultura inglesa prevalece. Esto obliga a generar una estrategia distinta al momento de compartir el mensaje adventista. Otro reto que se presenta es la industria turística. Tanto hoteles como restoranes tienen una gran afluencia de público los fines de semana, lo cual genera conflictos para muchos que simpatizan con la IASD, ya que ellos trabajan fuertemente los sábados, poniendo esta situación en conflicto con la decisión de involucrarse con la iglesia. Pero Dios es maravilloso y milagroso, y muchos, a pesar de numerosos escollos, se decidieron por el Señor y han acomodado sus ritmos de vida para este cometido».
Este lugar paradisíaco, en su porción sur, es un país autónomo que forma parte del Reino de los Países Bajos y que, hasta el 10 de octubre de 2010, fue una fracción de las Antillas Neerlandesas. La frontera entre ambos territorios es un caso excepcional, ya que es el único de la Unión Europea ubicada fuera de Europa. «Entre los treinta mil pobladores conviven cuatro mil quinientos adventistas. Los lugareños son en su mayoría morenos, razón del impacto de políticas esclavistas que prevalecieron por mucho tiempo en la historia de la región. La población originaria desapareció y el grupo de raza blanca es minúsculo», detalla el Pr. Salas.
Durante veinte años, el ministerio del pastor Salas se circunscribió al trabajo de campo, en sus inicios, luego, lideró distintas responsabilidades administrativas en los niveles de Unión y de Asociación. En este momento su desarrollo vocacional de servir lo trajo nuevamente a las iglesias. En esta dinámica de servicio que le tocó atravesar, se le consultó acerca de qué visión le merece todo este proceso que vive en su experiencia como ministro del evangelio, a lo que refirió: «Un día, mi hija Sidney hizo el siguiente comentario. “No te recuerdo como pastor de iglesia”. Allí mismo pedí a Dios me concediera esa renovación que necesitaba en el ministerio pastoral. En mi experiencia noté ese alejamiento que me produjo ese liderazgo con las necesidades de las iglesias y sus miembros. Necesitaba volver a estas tareas y reactivarme. Dios respondió mi pedido. Aunque pensaba que Venezuela sería el lugar apropiado, el Señor me llamó a servirlo en otra cultura y me llegué hasta esta región del Caribe como coordinador del área hispana para la División Interamericana. Esta zona recibe muchos inmigrantes (algunos de ellos adventistas) de República Dominicana y Puerto Rico, entre otros, que se llegaban a estas islas y se encontraban con la dificultad de adaptarse a la nueva cultura y al idioma. Esto traía muchos problemas en su espiritualidad, por lo cual la IASD decidió buscar solución a este tema. Así que recibimos el llamado para trabajar allí y fue una tarea dura, porque costó mucho complementarse a esa cultura inglesa preponderante en esta región del Norte del Caribe».
Si no faltaban desafíos, ahora el matrimonio Salas recibió el llamado para servir en Saint Croix, una isla del mar Caribe y un condado y distrito constituyente de los Estados Unidos en las Islas Vírgenes, con el estatus de Territorio No Incorporado. Es la mayor de las Islas Vírgenes estadounidenses. «Ni bien tengamos la documentación pertinente, estaremos sirviendo allí. El reto será diferente, si bien St. Martin es un lugar turístico, Saint Croix es un paraje más campestre. Es normal en estas zonas que, ante la presencia de huracanes, la población busque las costas de los Estados Unidos, para luego retornar a sus hogares pasados estos fenómenos naturales. El desafío es predicarle a esta gente tan itinerante. Hoy podemos contar con cien miembros para que, luego de una de estas tormentas naturales, solo nos queden cuarenta o menos».
Hijo de un pastor bautista y de madre pentecostal, ve su conversión y decisión de ser pastor como un proceso: «Dios fue preparando todo para que tomara la decisión de servirlo. Salido del bachillerato me decidí por prepararme; y encontrar a Francis, hoy mi esposa y compañera, con los mismos ideales, todo esto fundó esta familia y este ministerio hace treinta y un años. Y seguiremos sirviendo en donde el Señor nos lleve».
Hoy, los dos hijos del matrimonio Salas están en la Universidad Adventista del Plata. Marcos, diseñador gráfico desembarcó en esta Casa de Estudios como voluntario, para luego sumarse como miembro del personal de la Institución. Sidney cursa el cuarto año de la Lic. en Kinesiología y Fisiatría.