noviembre 2019
Un encuentro y toda la pasión por servir
Sandy, aquel sábado se levantó temprano para dirigirse a su lugar de trabajo, un pequeño negocio de venta de accesorios de celulares, ubicado en un concurrido shopping de la cosmopolita ciudad de Brasilia, Brasil.
Su historia, como la de muchos, quedaría ubicada en el anecdotario de rutina salvo por un detalle de esa jornada, que apuntaba a ser normal y convencional: un encuentro y la memoria de lo que fue.
En ese ámbito de esparcimiento era normal para ella observar el devenir de miles de personas, historias paralelas que dibujaban distintos mundos, parcelas subyacentes que la invitaban a imaginar situaciones, proyectarse en el futuro y, de paso, soliviar el paso lento de las horas.
Un grupo de caballeros, muñidos de libros, cruzaban apresuradamente este lugar atestado de gente como camino obligado para llegar a su destino que, por aquellas cuestiones, había quedado al otro lado del lugar en donde dejaron estacionado su vehículo.
La joven los reconoció y, saliendo de su lugar de labor los abordó con un ¡Feliz sábado! Los hombres, tomados por sorpresa en este concurrido espacio comercial no pudieron disimular su asombro. «Yo era adventista de pequeña, me bauticé y participé durante mucho tiempo en el Club de Conquistadores. Pero me alejé y tomé otros rumbos en mi vida».
En ese momento el Pr. Erton Köhler, presidente de la División Sudamericana (DSA) de la IASD; el Pr. Luis Gonçalves, evangelista de la DSA, y componentes del cuarteto Arautos do Rey entablaron una conversación con Sandy y allí mismo le regalaron uno de los libros que estaban distribuyendo como parte de una campaña de evangelismo, justamente, en el lugar en donde no les habían permitido hacerlo momentos antes.
La joven retomó su estudio de las Sagradas Escrituras, volvió a sus recordados espacios de adoración y a continuar con sus tan queridas actividades scout del Club de Conquistadores.
Sandy, el 12 de noviembre, durante el cierre del Concilio Anual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD) en Sudamérica, decidió entregar nuevamente su vida a Jesús mediante la manifestación pública del bautismo. El liderazgo de la IASD fue testigo del poder transformador de Dios en la vida de esta joven.
Pero no todo terminó aquí, Sandi tiene un sueño y lo manifestó públicamente en esta ceremonia ante los líderes y público presente en el recinto en donde se dio cierre a este Concilio: «deseo estudiar Medicina en la Universidad Adventista del Plata (UAP.)».
En ese momento se encontraba en el lugar el Pr. Darío Caviglione, presidente de la Unión Argentina quien compartió este deseo con el Mag. Horacio Rizzo, rector de la Universidad. Fue así como el presidente de la UA manifestó ante el liderazgo presente en el Concilio Anual de la DSA la disposición de la UAP en ayudar a Sandi con su anhelo de formarse en esta Casa de altos estudios, por lo cual, le brindó la oportunidad (previa aprobación del examen de ingreso) de contar con un año de arancel académico para que Sandy pueda iniciar su formación universitaria.
Hoy Sandi es parte del programa Sueña en grande y desarrolla la actividad del colportaje para alcanzar su sueño: servir a Dios a través el cuidado de la salud de las personas.
Este testimonio, como tantos otros que enriquecen más de 120 años de trayectoria educativa, motivan y afianzan la misión y visión que tiene la UAP en este mundo: proveer de profesionales acabados, íntegros y de plena convicción para el servicio y la excelencia.