Voluntariado: solidaridad y fe que iluminan
15
agosto 2024

Voluntariado: solidaridad y fe que iluminan

Las secuelas del rompimiento de la represa “14 de julio”, en Rio Grande do Sul, que provocó inundaciones en la región, dejaron una marca imborrable en la comunidad de São Leopoldo. No obstante, también quedó una huella de esperanza y solidaridad, gracias a la participación de un grupo de estudiantes de la UAP, quienes se unieron a la iniciativa de Mission Trip para brindar ayuda humanitaria y comunitaria.

Durante diez días, los estudiantes voluntarios Victoria Rodrigues, Jonathan Altamirano, Camila Siano y Sofía Miraglio participaron en este programa, viaje promovido por el área de Internacionalización UAP para realizar ayuda comunitaria, dejándoles una experiencia transformadora, compartiendo vivencias que trascendieron lo material y tocaron el espíritu humano.

Victoria Rodrigues, estudiante de Medicina, relató a UAP Noticias cómo quedó marcada por el testimonio de una de las residentes afectadas: «Janni había perdido todos sus bienes materiales, pero su familia seguía con vida. Ella me dijo: “No hace falta que tengamos mucho para ser felices, volver a comenzar puede ser difícil, pero mi familia y yo seguimos con vida, así que es una nueva oportunidad para continuar”. Estas palabras reflejaron una resiliencia que me conmovió profundamente». Además, Victoria compartió cómo Janni, en un acto de gratitud, les ofreció a los voluntarios unos deliciosos postres mientras ayudaban a limpiar y pintar su casa. «La gratitud no tiene precio», agregó emocionada.

Voluntarios de la UAP disfrutando de porciones de torta.

Voluntarios de la UAP disfrutando de porciones de torta.

Victoria también recordó el momento en que una niña llamada Raquel le regaló un dibujo de un paisaje con un sol, una flor y un corazón, simbolizando la luz después de la catástrofe: «Ese dibujo era un símbolo de toda la esperanza que surge a pesar del dolor», expresó.

dibujo de Raquel_cuerpo

Raquel, una niña que le regaló dos dibujos que  simbolizan la luz y a Jesús junto a uno de los voluntarios.

Por su parte, Jonathan Altamirano, estudiante de la carrera de Ing. en Sistemas, encontró en su labor una conexión más profunda con su fe. Mientras pintaban la casa de dos familias que se apoyaban mutuamente después de la inundación, Jonathan escuchó cómo los residentes expresaban su deseo de que Jesús se quedara con ellos: «Nos decían que podían sentir el amor de Jesús a través de la ayuda que les ofrecíamos. Esta es la misión que Jesús nos encomendó: ayudar a otros desinteresadamente. Durante esos días, pude sentir a Jesús más cerca de mí», compartió Jonathan, quien también recibió un dibujo de Raquel, representando a Jesús junto a uno de los misioneros.

Seguidamente y continuando con la charla, Camila Siano, estudiantes de la Lic. en Administración, reflexionó sobre el impacto de su labor: «Lo que hicimos fue mínimo en comparación con la gran necesidad que hay, pero sembramos una semilla. Quizás no veremos el resultado total, pero muchos otros continuarán la obra que Dios nos ha encomendado». Camila destacó la importancia de cada acción humanitaria, recordando que es el Espíritu Santo quien da sentido y valor al esfuerzo realizado.

En consonancia, Sofía Miraglio, alumna de la carrea de Lic. en Comunicación, quien vivió su primera experiencia de voluntariado en São Leopoldo, compartió la conmoción que sintió al ver los daños en la casa de Janni: «Las puertas, las paredes, los muebles… todo había sido destruido por la inundación. Pero a pesar de eso, como grupo pudimos ayudar a estas personas y ver las sonrisas de gratitud en sus rostros fue algo muy hermoso».

Asimismo, Sofía mencionó la Exposalud que realizaron el sábado 3 de agosto, donde atendieron necesidades básicas de la comunidad: «Fue muy impactante escuchar cómo las personas decían que, a pesar de perder sus bienes materiales, Dios les preservó la vida y los mantenía con salud. Poco a poco se van a recuperar. Ahí es cuando me doy cuenta de que no debemos enfocarnos tanto en lo material, porque es pasajero. Estar en contacto con Dios nos ayuda a saber que saldremos adelante».

Los testimonios de estos estudiantes reflejan no solo el impacto que esta experiencia tuvo en sus vidas, sino también el profundo cambio en sus prioridades y su comprensión de la vida. «Estos golpes de la vida nos acomodan nuestro sistema de prioridades, y ellos nos demuestran con sus actitudes y sus palabras que debemos trabajar para que nuestro componente sea realmente un canal de bendición de Dios para otros», concluyó Sofía.

La experiencia de estos jóvenes voluntarios de la UAP en São Leopoldo es un recordatorio poderoso de cómo la solidaridad y la fe pueden iluminar incluso los momentos más oscuros. A través de su servicio, llevaron esperanza y demostraron que, en medio del dolor y la pérdida, siempre hay una nueva oportunidad para comenzar.