8
junio 2023

Graduación 2023: Compañerismo para toda la vida

Durante el fin de semana, estudiantes de las propuestas educativas de la Universidad Adventista del Plata (UAP) celebraron el logro de haber alcanzado su meta académica: recibir su título.

Entre el 2 y el 4 de junio, bajo el lema institucional «Excelencia y servicio en Cristo», la Universidad llevó a cabo los primeros actos de colación de grados 2023. Doscientos cincuenta y tres graduandos obtuvieron trescientos diez títulos y titulaciones de esta Casa de altos estudios.

UAP noticias dialogó con la Lic. Melisa Vittonatto, egresada de la carrera de la Lic. en Nutrición, quién comentó acerca de cómo fue su decisión de estudiar en la UAP y su experiencia en la Universidad.

¿Qué te incentivó a estudiar en la UAP?

Yo estaba viviendo en la Villa cuando decidí estudiar la carrera; entonces aproveché la oportunidad de tener la propuesta de Nutrición como cartera de carreras en la UAP. Decidí comenzar cuando tenía veinticinco años.

Las vivencias que tuve en la Universidad me enseñaron acerca de los valores que se transmiten con cierta cercanía que en otros lugares no es tan fácil de encontrar. Por ejemplo, eso lo encontré con los profesores y autoridades que nos transmitieron desde un inicio esta calidez y accesibilidad que nos permite sentirnos más contenidos: que los problemas pueden ser tratados y que cada uno puede tener una voz dentro del entorno académico. Y esto también se manifiesta entre los compañeros; entre nosotros hubo la posibilidad de que nos podamos apoyar entre nosotros, creando un ambiente muy agradable para cursar.

¿Cómo fue tu experiencia al cursar Nutrición?

Pude aprender un montón de cosas que me sirvieron para mi formación profesional y personal. Aprendí que la alimentación se trata mucho más que las calorías y nutrientes, como erróneamente se considera. Hay una parte emocional, psicológica, como también socioeconómica o la genética, que son un montón de variables a tener en cuenta cuando se trata con la persona, con un ser humano, y también considerarnos a nosotros, que también tenemos nuestro carácter humano. Entonces, es una carrera que tiene una amplia propuesta para permitirnos aprender acerca de cómo nos alimentamos y que ello repercute en nuestra vida, y que a su vez se relaciona con otros aspectos de la Salud, con otras carreras, como con los dentistas o médicos. Desde una perspectiva de la Iglesia, la carrera hace un excelente aporte al estilo de vida y hábitos que se intentan enseñar para la comunidad cristiana, por lo tanto, considero que es una muy buena formación las que nos otorgan.

¿Cuál fue el desafío más grande que tuviste estudiando acá?

La mayor dificultad que estuve al estudiar fue la época de la pandemia, que fue un momento que nos atravesó a todos de forma angustiante, ya que nadie sabía qué iba a pasar. Fue un momento que nos obligó a aprender de las herramientas on line sin mucha relación entre los compañeros y profesores. Gratamente, se pudo solucionar todo, creándose un sistema excelente para cursar. Además, esto permitió que podamos relacionarnos de una mejor forma entre compañeros, formándose más que un curso, un excelente equipo.

También significó una dificultad grande el hecho de que tengamos luego que volver a la presencialidad, porque fue nuevamente adaptarse, a los horarios, a los exámenes y finales. Considero que esto lo pude lograr gracias a Dios, poniendo todo en sus manos mientras le pedía tranquilidad; saber que al final del día estaba allí conmigo me ayudó a contribuir en esos momentos de dificultades.

¿Hiciste alguna actividad que quisieras destacar en tus años de cursada?

Tuve la suerte de participar de un voluntariado en el servicio de Alimentación del departamento del Sanatorio Adventista del Plata. Allí los estudiantes participan como pasantía para aprender de las actividades supervisadas por los profesores. Entre las actividades destacables es la planificación de los desayunos y las cenas de los pacientes internados, además que contribuimos en las opiniones para armar las distintas dietas. La experiencia me resultó muy enriquecedora por el equipo de Nutrición que está compuesto por personas sumamente humanas, dispuestas a enseñar y a compartir sus conocimientos de manera generosa. La paciencia con la que nos abordaron en cada momento al tratarse de las tareas fue muy cálida por la confianza que se transmitía.

Al año siguiente tuve mis prácticas profesionales que también me enseñaron a trabajar en equipo, y cómo este se desenvuelve. Fueron experiencias muy enriquecedoras en cuanto al relacionarnos entre alumnos, personal y profesores.

Y para finalizar Melisa, ¿Qué mensaje compartirías con aquellos jóvenes que hoy se están decidiendo por estudiar en la UAP?

En primer lugar, y desde mi experiencia, aunque sean un poco más grandes, que aun así se animen porque vale la pena. Ocurrirá que en algunos instantes habrá momentos de sacrificios o que se dejarán de lado muchas cosas de cuando uno era joven, pero es algo que vale la pena, que se puede porque la edad no es impedimento. Otro consejo que me gustaría dejarles es que se relacionen con sus compañeros, que se aprovechen esos momentos para crear redes de conexión para que cada uno pueda crecer en esta formación académica. Es algo que agradezco a Dios; hoy en día me llevo amigos para toda la vida y compañeros de trabajos con los que seguiré en contacto para que mantengamos este sueño laboral.