2
septiembre 2022

«Excelencia y servicio es entregar lo máximo que podemos dar»

El viernes 26 de agosto la Universidad Adventista del Plata (UAP) recibió la visita del Dr. Jefferson Oliveira, egresado que recibió el primer título de la primera cohorte de la carrera de Medicina.

Desde el inicio de esta propuesta académica de la Facultad de Ciencias de la Salud pasaron 28 años en donde distintas cohortes fueron dejando su impronta… su historia, en este campus universitario.

Tiempo atrás la Universidad celebraba el graduado número mil de Medicina, reconociendo en estos años la evolución y desarrollo que tiene esta carrera y la trayectoria que se supo ganar en este camino.

Días atrás arribó a estas tierras entrerrianas Jefferson Oliveira, médico formado en la primera promoción de Medicina de la UAP.

UAP Noticias tuvo la oportunidad de dialogar con él acerca de esta experiencia, sobre aquellos hitos que marcaron su vida de una manera inesperada. «Recibí el primer diploma de Medicina de esta Casa y eso representa un orgullo y un privilegio muy grande –afirma el Dr. Oliveira–. Haberme formado en esta institución me ayudó mucho, no solo en lo académico, también en lo humano, enriqueciendo mi carácter, mi persona».

Llegar hasta Libertador San Martín y ser parte de la primera cohorte de esta carrera, fue todo un desafío, algo muy épico. «Siempre me gustó experimentar cosas nuevas. Tenía un grupo de amigos argentinos y juntos decidimos dar este paso. Recuerdo al Dr. Jocelyn Celestin, destacado inmunólogo que vino a dictar clases y, ante la falta de espacio físico, pues la infraestructura de la Facultad era incipiente, sacamos las sillas al campus y allí, debajo de la arboleda tuvimos aquellas clases. Ante esta situación, pensábamos “¿qué tipo de médicos vamos a salir de aquí?”. Hoy, lo que representa esta Universidad con todo lo que se ha avanzado en tecnología para la formación médica de excelencia, es un hondo sentido de gratitud el que tengo».

Su paso por esta Casa dejó marcas indelebles en su experiencia académica. «Recuerdo aquellas clases de Anatomía –en tono picaresco rescata este egresado de la UAP–. Llegamos al momento de hacer estos estudios en cuerpos y no contábamos con los tales. Tres días antes de comenzar con esta etapa llegaron los cadáveres, fue todo asombroso. Algunas piezas anatómicas las tomábamos “prestadas”, nos las llevábamos a nuestras habitaciones para estudiarlas, para devolverlas al día siguiente (sonrisas de por medio)».

Sin lugar a duda, el grupo humano que conformaba esta primera cohorte de Medicina dejó muchas historias, de las que hacen significativa esta experiencia. «Hice amigos para toda la vida –expresa emocionado el Dr. Oliveira–. Cada vez que nos encontramos resulta en como que el tiempo se detiene, como si nada hubiera pasado. Ver a los doctores Daniel Heissenberg y Daniel Yáñez, profesores nuestros, fue retrotraer mi mente a aquello momentos imperecederos».

Llegando a su vida profesional, UAP Noticias le consultó al galeno sobre qué dejó su paso por la UAP en su vocación, a lo que consignó: «Cuando me recibí retorné a Brasil, allí, junto a una compañera de egreso, tuve que rendir el examen de revalidación y fuimos los primeros egresados de la UAP en pasar esta instancia habilitante. Esto significó mucho. Nunca sentí que fuera inferior o superior a nadie como graduado. Profesionalmente me abrió muchas puertas, porque tuve experiencias formativas que no hubiera tenido en otro lugar. Entonces, las experiencias, los contactos y las oportunidades que pude cosechar en esta institución, solo me hicieron un mejor profesional».

El servicio es un factor preponderante y sustancial en la formación integral de la UAP. Sobre esto se le consultó al Dr. Oliveira qué significó esta impronta para su desarrollo profesional, a lo que acotó: «Es imposible, por la formación que tuve, ver a un paciente y no recordar al Dr. Jorge González y al Dr. Pedro Tabuenc; venía a mi mente todo lo que ellos me transmitieron. Todos los que egresamos de la carrera de Medicina de la UAP tenemos una visión más humana de nuestra vocación. Porque no solo elegimos una carrera, sino una forma de ver la vida. No podemos dejar de ver la espiritualidad de las personas y, los que creemos en Cristo sabemos lo que significa para la salud. Excelencia y servicio es entregar lo máximo que podemos dar y esto marca una diferencia muy grande».

Finalizando el diálogo, se le pidió al egresado de la primera promoción de Medicina de la UAP que dejara un mensaje para aquellos jóvenes que se están definiendo por su vocación y, también, para los que ya lo hicieron y están recorriendo esta senda, a lo que respondió: «No es solo una carrera. Es una elección para toda la vida, por esto hay que pensar muy bien sobre nuestra elección. Nuestra vocación va a perdurar, nos es algo que se quita. Es un privilegio y no hay palabra o dinero que pague la experiencia que tuvimos en esta Universidad y que seguimos teniendo, porque nos sentimos en casa, es un boom de emociones cada vez que retornamos a nuestra alma mater. Y esto lo sabe solo alguien que pasó por este campus».