24
junio 2021

Más que un título

En el marco del culto de celebración de Acción de Gracias, organizado para los graduandos en la Universidad Adventista del Plata el 11 de junio, líderes de la Institución y de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD) se unieron virtualmente para agasajar a las cohortes 2020 y 2021.

Entre los presentes, se encontró el Pr. Stanley Arco, presidente de la IASD para la División Sudamericana, el Mag. Horacio Rizzo, rector de la Universidad Adventista del Plata, y el Pr. Darío Caviglione, presidente de la Unión Argentina de la IASD.

El Mag. Rizzo se dirigió a los graduandos, comentando sobre el contexto de pandemia y virtualidad que se está viviendo: “Estamos en una jornada especial, de celebración, y a pesar de que la distancia se haga por momentos enorme, encontramos una solución para poder agasajarlos. Es mi deseo, que todo aquello que recibiste en la UAP, sirva para que construyas tu futuro y puedas compartir con otros las enseñanzas que absorbiste en este lugar.”

Por su parte, el Pr. Caviglione saludó a la cohorte 2020 y 2021 y los aconsejó diciendo: “Que los contenidos impartidos a lo largo de los años, las actividades extracurriculares que realizaron, los sermones que escucharon, y las amistades que hicieron, puedan valer la pena en el servicio a Dios, y al prójimo, ya sea aquí, o en cualquier lugar del mundo”.

El mensaje principal estuvo a cargo del Pr. Arco, quien felicitó a los graduandos por haber logrado llegar hasta la última instancia en su paso por la UAP, al igual que a los docentes, por haber sido pilares en la instrucción académica de los alumnos.

Hablando de la formación que se ofrece en esta institución, el Pr. Arco comentó: “La principal tarea de la Educación Adventista no solo es formarlos como profesionales, sino que es también brindarles herramientas para que puedan cumplir la misión que Dios ha encomendado a cada persona: llevar el mensaje de salvación a todos los rincones de la tierra”.

Finalizando, el Pr. Arco invitó a los graduandos y sus familias a aceptar el llamado de Dios para vivir la esperanza de la vida de Jesús con la base de la fe, que es la Biblia.