11
marzo 2021

Sin límites para compartir el amor de Dios

El Lic. Gonzalo Aquino es el director de la Banda Sinfónica de la Universidad Adventista del Plata (UAP). En julio emprenderá un viaje como voluntario a Vietnam. Sobre esto habló con UAP Noticias.

Esta no es la primera vez que Gonzalo se abre paso al mundo para compartir con otros su entusiasmo y ayuda, ya que hace algún tiempo interrumpió, por un año, su carrera de Música para dirigirse a Palaos y servir allí.

«Desde pequeño me interesó el voluntariado y viajar por el mundo y, cuando vine a la UAP, mi deseo vio su concreción –afirma el Lic. Aquino–. Esta Universidad me brindó la oportunidad para que las puertas se abran y mi sueño se pusiera en marcha. Cuando fui a Palaos, di clases, dirigí el ensamble instrumental y el Coro de Campanas del colegio primario y secundario adventista que funcionan en esta región del mundo. Además, hice tareas de mantenimiento y me desempeñé en la biblioteca» expresó el licenciado.

UN – ¿Qué fue lo más lindo que viviste en aquel lugar?

GA – «Entre muchas experiencias hermosas, la que consideré como el mayor desafío, y por lo tanto la más significativa, fue predicar en inglés. Me gusta hablar de Dios, y hacerlo en ese idioma lo consideré milagro».

UN – ¿Cómo enfrentaste el choque cultural en Palaos?

Al comienzo, el principal reto fue el idioma. Pero como el archipiélago es turístico todo el año y por lo tanto cosmopolita, había latinos en la iglesia y el colegio y pude tener contacto con mi cultura.

GA – ¿Cómo surgió la idea de volver a viajar al extranjero?

«Como mi deseo de ser voluntario se mantuvo intacto, desde hace un tiempo estuve atento a los llamados en la web de voluntarios adventistas, para encontrar uno para mí. Finalmente, tomé la decisión, actualicé mi curriculum y mandé la solicitud. Luego de esto, me entrevistaron y todo marchó hacia un nuevo proyecto de servicio».

UN – ¿Qué tareas realizarás en tu nuevo destino, Vietnam?

GA – «Allí funciona una Academia de inglés y mi principal tarea será enseñar esa lengua. También, y además de esto, parto hacia este lugar con el proyecto de formar un coro de campanas y ayudar en lo que haga falta en el área de música».

UN – ¿De qué forma crees que te inspiró la UAP para elegir este camino?

GA – «Esta universidad fue un gran empuje. Dentro de su cometido, uno de los más importantes, es formar y motivar voluntarios para enviarlos al mundo, para servir y ser un factor de cambio. Siempre consideré la UAP un lugar de paso, una catapulta para mirar hacia adelante y conectarme con el mundo, aunque nunca dejé de hacer lo mejor que pude aquí».

UN – ¿Qué podés decirle a aquel estudiante que está en la disyuntiva de ser un voluntario en el extranjero?

GA – «Mi mensaje es que, si hay ganas de ir y confianza en que Dios pone ese deseo en el corazón, que esa persona ore y, si se abren las puertas, hay que aprovechar la oportunidad. Mi invitación es animarse a aceptar el llamado de compartir el amor de Dios en lugares que, por la cultura u otros desafíos, hay menos apertura al mensaje evangélico».

La UAP anhela que los futuros profesionales que se forman en su campus se brinden al mundo, motivados por el deseo de contribuir a los demás con la ayuda que necesiten. ¡Los límites no existen cuando las ganas de ayudar son grandes y el llamado a hacerlo proviene de Dios!

No te pierdas la próxima reseña de la experiencia de Gonzalo Aquino, viviendo en Vietnam.