12
noviembre 2020

Mirando la vida como un heredero de Dios

Con un mensaje espiritual del Pr. Tomás Parra, se realizó el Culto de Acción de Gracias que organizó la Institución para agasajar a los graduandos y sus familias. Se comparten algunos detalles del programa que, por las razones que son del saber público, reemplazó el acto de graduación planificado para inicios de noviembre.

El 6 de noviembre, la Universidad Adventista del Plata (UAP) generó un espacio de gratitud para agasajar a los 75 graduandos que deberían haber participado en la primera Graduación programada para el 6,7 y 8 de noviembre. Dicho programa debió ser suspendido por las disposiciones sanitarias dispensadas por el gobierno Nacional, en el marco de la pandemia de coronavirus (COVID-19). Fue así como, más allá de las restricciones, el viernes se realizó un Culto de Acción de gracias, momento participativo que convocó a administradores, graduandos, docentes, decanos, familias y los componentes de la comunidad educativa de la Institución.

El plan incluyó el testimonio de docentes que compartieron su experiencia en esta etapa formativa. Además, manifestaron su alegría por los logros alcanzados, compartiendo la gratitud a Dios por cada graduado que alcanzó esta meta tan anhelada de obtener el título universitario. También, miembros de sus respectivas familias tuvieron la oportunidad de agradecer por ese momento, destacando, además, el valor integral de la educación cristiana y el apoyo que la Universidad brindó a los estudiantes durante su paso formativo por esta Casa de altos estudios.

Los magísteres Horacio Rizzo y Gabriel Pérez Schulz, rector y vicerrector académico, respectivamente, tuvieron algunos minutos durante los cuales brindaron palabras de ánimo, motivación y alegría por este logro de los más de setenta jóvenes que finalizaron esta etapa universitaria.

Luego de una parte musical de alabanza, interpretada por una agrupación masculina integrada por docentes y miembros de la comunidad educativa de la UAP, Stefany Funes Salguero, graduanda de la Lic. en Comunicación Social tuvo a su cargo el mensaje representativo de los alumnos que obtuvieron su titulación universitaria.

«Este momento donde esta situación pandémica golpeó la puerta de todos, estamos aprendiendo a esperar y a adaptarnos –expresa el Mag. Horacio Rizzo–».  Tras pasar por una panorámica virtual de lo que hubiera sido la graduación presencial, el rector de la Universidad consignó: «Estamos trabajando y soñando, cada área de la Institución, en volver a la presencialidad. Estamos caminando hacia esta meta y, mientras transitamos, te invito a soñar este sueño con gratitud a Dios por todo lo que nos provee».

El mensaje central estuvo a cargo del Pr. Tomás Parra, director general de Nuevo Tiempo Chile de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. El líder adventista comenzó compartiendo su gratitud por el sueño alcanzado por tantos estudiantes y sus respectivas familias, por la interacción de docentes y compañeros que apuntalaron esta meta alcanzada. Basado en las Sagradas Escrituras, en el libro de Mateo 5, el Pr. Parra afirmó que esta fue la primera oportunidad en que Jesús brindó un mensaje masivo, en donde intentó explicar la lógica que utiliza Dios y motivó a cada graduando a tener una mirada a la vida como un heredero del Señor. Siguiendo con su alocución, y centrado en el versículo 13, afirmó «Vosotros sois la sal de la tierra» y, luego de brindar las propiedades y usos que este mineral tenía en aquella época, consignó que Jesús estaba queriendo hacer énfasis en alguna virtud particular de la sal, y se atrevió a aseverar, como lo hizo el teólogo John Stott, que el Señor insta a ser sabor de esta tierra y preservadores del mensaje evangelio en este mundo entrópico. También, expresó que la Educación funciona como un negaentropismo, es decir, como una fuerza que enlentece este proceso degenerativo del hombre. «Cuando Jesús nos llama a ser la sal de la tierra nos comparte un legado sagrado, ser parte de este mecanismo de detención del deterioro humano», además, ser líderes espirituales en momentos de zozobra y transformarnos en un factor de cambio, en un canal de bendición.

Finalizando, el Dr. René Smith, docente de amplia trayectoria institucional tuvo a su cargo la oración final.

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