11
septiembre 2020

Gracias a Dios y por el esfuerzo de cada uno

Como familia de la Universidad Adventista del Plata nos vemos desafiados, diariamente, a estar atentos y ocupados en las necesidades del campus universitario, de su comunidad y del contexto regional en donde nos desarrollamos.

Muchos de Uds. atraviesan circunstancias inéditas que provocaron particulares ajustes en su cotidianeidad, en sus hábitos domésticos, laborales y sociales, por centrarme en algunos.

A través de esta comunicación deseo, en representación de esta Casa, solidarizarme con cada actor que hoy está poniendo todo de sí para cuidarnos en este escenario invadido por el coronavirus (COVID-19): personal de salud, seguridad, educación, servicios esenciales. Además, por aquellos afectados por esta dolencia, por sus familias, como también por las personas que están pasando por el aislamiento preventivo. Todos ellos y muchos más que puedo omitir en esta lista, son también cada uno de nosotros, porque como sociedad y comunidad tenemos una responsabilidad intransferible: servirnos unos a otros con trabajo, amor y solidaridad.

Acercándonos a este fin de semana, es mi deseo agradecer todo el esfuerzo que se está realizando como comunidad para pasar este trago amargo. Seguro que, sin importar ideologías o creencias, en nuestra mente está esa oración en donde pedimos a Dios sabiduría y fuerzas para seguir cumpliendo con su voluntad. También, solicitando su cuidado y protección por ese ser amado que cada día sale a cumplir con su deber de asistir a su comunidad. Y, sin dudarlo, nuestras súplicas se centran en nuestros hogares, el mayor tesoro y bendición del Señor.

Con esto en mente, deseo motivar a todos a seguir invirtiendo nuestros esfuerzos en ser cada vez más responsables y altruistas, configurando nuestra existencia al modo Jesús. Así, cuando todo esto pase, hayamos crecido como hijos y representantes del buen Dios.

Mi afecto cordial para cada uno.

 

Mag. Horacio Rizzo

Rector de la Universidad Adventista del Plata