17
julio 2020

Docente de la UAP disertó en el 14° Congreso Latinoamericano de Auditoría y Contaduría Pública.

Se trata del Dr. Fernando Lenardón, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y de la Administración (FACEA). El encuentro, organizado por primera vez en formato virtual, contó la presencia de cientos de profesionales de México, Bolivia, Perú, Argentina y otros países de Latinoamérica.

Esta edición del evento, enmarcada en el contexto pandémico, se tituló “Retos, desafíos y oportunidades para el Contador Público post COVID 19”. Además, contó con la presencia de ocho disertantes de ocho países de Latinoamérica, siendo el Dr. Lenardón el profesional designado para representar a la Argentina.

En diálogo con nuestro espacio informativo, el profesor profundizó en los aspectos más relevantes de su disertación “La Auditoría Externa, antes y después del Coronavirus”, a la que asistieron virtualmente unas 350 personas:

P: – La pandemia ha cambiado el contexto social, obligándonos a reinventar gran parte de nuestras tareas. ¿Cómo afecta esto al trabajador contable y al área de su especialidad?

FL:- Como a todas las actividades, la cuarentena ordenada por el Gobierno genera restricciones físicas para el desarrollo de nuestra actividad. Se disminuye el contacto personal con los clientes, lo que de por sí condiciona la calidad de nuestro asesoramiento. Sin embargo, la posibilidad de llevar a cabo las tareas de manera digital y en algunos casos, con home working, permitió que podamos seguir asistiendo en todo lo que es rutinario y periódico. Con los cuidados pertinentes, y con mayor dedicación a la que habitualmente se tenía, hemos podido mantener en alto la calidad de las prestaciones.

El panorama se complica cuando debemos realizar un trámite en un organismo público que está cerrado o que ha restringido al extremo la atención porque allí nuestro cliente necesita una solución que no depende de nosotros. De cualquier manera, somos insistentes en la búsqueda de respuestas. 

P: -El control de la organización y el distanciamiento social parecen ir en vías opuestas, ¿qué desafíos presenta este nuevo escenario? ¿Qué debe modificarse si este panorama se vuelve “normalidad”?

FL:- Justamente, ese fue el tema de mi charla. Y es así, las limitaciones de actividades presenciales debilitan el ambiente de control de las entidades y reducen la posibilidad de la auditoría in situ. Esto obliga a buscar métodos alternativos de aseguramiento referido a la información que esos entes brindan y que nosotros debemos auditar. Esto es similar para las tareas de control del dueño referido a su patrimonio y a la administración que tal vez hagan uno o dos empleados.

Esto genera la necesidad de controles sistémicos, corroboraciones a través de documentación y métodos matemáticos o de proyección de circulación de terceros relacionados (sobre todo proveedores y deudores) y requerirá, cuando se pueda volver a las tareas de campo, corroborar especialmente todas las estimaciones realizadas y la información que hoy se ha podido controlar parcialmente. 

P:-La labor docente, sin duda alguna se ha modificado. ¿Qué ventajas y desventajas de la modalidad on line encuentra en su rol docente?

FL:- Esto tiene como principal ventaja (al menos en mi caso, en donde debo invertir dos horas de viaje para la clase presencial en Libertador San Martín) optimizar el uso del tiempo. A la vez, como desventaja, no es viable estar 4 horas conectados y dictando clases sin el contacto con los alumnos y el feedback que ello permite. Por lo tanto, se generó un desafío de cómo transferir o generar los canales de aprendizaje con menos tiempo de relación con el alumno y, a la vez, mantener motivado e interesado al alumno en los conocimientos que uno desea transmitirles. Como manifiesta el adagio chino, “toda crisis es, también, una oportunidad para mejorar”.