2
julio 2020

La UAP redobla su compromiso de honor con su comunidad educativa

Sin lugar a duda que, enfrentar esta crisis que vive el país y el mundo requiere de una capacidad de gestión particular y, sobre todo, adaptable al rigor dinámico de este contexto social, económico y sanitario. UAP Noticias dialogó sobre esto con el Mag. Claudio M. Pittana.

En un escenario de incertidumbre y crisis, como se evidencia en nuestros días, distintos sectores de la sociedad debieron adaptar sus decisiones, sostener sus organizaciones y gestionar las implicancias que deparará el futuro en todas sus facetas.

La Universidad Adventista del Plata (UAP) no es ajena a este contexto y debió articular diferentes acciones tendientes al sostenimiento y proyección institucional en instancias de crisis social, económica y sanitaria.

UAP Noticias dialogó con el Mag. Claudio M. Pittana, vicerrector económico financiero de la Universidad para conocer sobre cómo se encaró esta circunstancia atípica y sobre cuál es la perspectiva que se tiene desde la gestión del área, a lo que refirió: «Empezamos con un año halagüeño, con una buena matrícula y un inicio lectivo normal, hasta la llegada de la cuarentena. El temor y la incertidumbre invadieron el normal desarrollo de la comunidad educativa (padres, alumnos, docentes y personal de la UAP). Ante esto, iniciamos una estimación financiera anual teniendo diferentes escenarios posibles, desde los favorables, los medios y los poco auspiciosos, acción que nos llevó a hacer una proyección. Fue así que, como equipo nos reunimos para analizar las acciones a implementar y, de acuerdo con la evolución de la situación, decidir por medidas que sobrelleven el panorama».

Este dinamismo, en primera instancia sanitario y que conllevó repercusiones en otros niveles sociales, propuso al grupo de profesionales de la vicerrectoría Económica Financiera tomar decisiones diarias o semanales para mantener en marcha la actividad universitaria: «El análisis que realizamos va más allá de lo económico (el balance, propiamente dicho), evaluando constantemente la situación cambiante, y definiendo procederes que nos permitan acceder a distintos canales de financiamiento, propios o privados. Transitado el tiempo, entre abril y mayo, atendimos solicitudes de padres y alumnos que nos contactaban para hallar las posibilidades de continuar cumpliendo con sus obligaciones económicas, en un escenario muy difícil para muchas familias. Esto motivó a tomar medidas que iniciaron con el congelamiento del valor del arancel, corrimiento del segundo vencimiento al 20 de cada mes y el no cobro de intereses por morosidad. Para los alumnos que reciben el servicio de Residencias Estudiantiles, que retornaron a sus hogares (mientras las circunstancias así lo permitieron), se les descontó el 70% del canon mensual. Pero, la definición más importante, fue el diálogo entre el equipo de Finanzas con los responsables financieros de los estudiantes, caso por caso, para que la formación no se discontinuara, a través de flexibilizaciones financieras o préstamos de honor, entre otros. La premisa que perseguimos es hacer lo posible para que el alumno no deje sus estudios, y esto fue lo que sucedió: la Institución, con gran esfuerzo y limitando inversiones y mantenimientos necesarios colaboró en este sentido con muchas familias representadas en el estudiantado, adicionalmente a las que la Institución ya venía ayudando con becas o préstamos de honor. Además, el concierto solidario +Música +Adoración, sobrellevó una gran ayuda monetaria para muchos alumnos, gracias a la iniciativa y buena voluntad de los donantes que apoyaron esta propuesta».

Aunque el ingreso de dinero disminuyó sustancialmente con respecto al año pasado, también los egresos se ajustaron para mantener las cuentas equilibradas. «Las entradas se vieron afectadas por la merma de la actividad económica; así también disminuyeron los costos por la baja actividad del campus universitario y, además, por facilidades y descuentos que definieron nuestros proveedores, resultado este de un constate diálogo y el reconocimiento de la situación vigente –afirma el Mag. Pittana–. Este equilibrio alcanzado es gracias a la voluntad de Dios y su constante guía. Sin su amparo no encuentro otra razón que justifique la cierta normalidad financiera que la UAP tiene en este escenario, después del gran impacto que propinó a la economía el COVID-19, seguido de la reestructuración del empleo, siendo estos dos grandes desafíos que se tuvo que afrontar. Repito, gracias al Señor podemos transitar esta nueva normalidad y nuestros alumnos pueden continuar con su formación».

En este contexto de incertidumbre, el equipo económico financiero de la UAP trabaja en pos de la mejor situación para la Institución, esperando un nuevo capítulo que presente el 2021. «Este corolario es pensando en la gratitud a Dios, pues es una oportunidad significativa para que nuestros estudiantes puedan afrontar esta etapa, pensando en opciones y herramientas para que el alumno no deje sus estudios por problemas financieros. Reflexionando en esto, quiero reiterar nuestra disposición con las familias para el diálogo y para hallar los planes para que nuestros futuros profesionales no vean truncados en sus anhelos. Quien lo requiera puede contactarse con nosotros a través del correo finanzas@uap.edu.ar y estaremos respondiendo a sus consultas a la mayor brevedad. La premisa de la UAP es que todos dispongan de oportunidades para alcanzar su titulación y se transformen en profesionales de excelencia y servidores de la sociedad, como compromiso de honor entre los actores educativos representados».