23
abril 2020

Habilidades sociales en casa

La Mag. Viviana Quintana nos acerca un tema, una práctica que no debemos perder como seres humanos y familia, aún en momentos como el que nos toca vivir: nuestra sociabilidad.

El ser humano es un ser social por naturaleza.  Hoy, más que en cualquier otro tiempo, valoramos los momentos de encuentro con las familias, amigos y compañeros de trabajo.

En la vida cotidiana, las habilidades sociales juegan un papel fundamental y adquieren importancia al relacionarnos con los demás, constituyendo un factor clave para construir relaciones exitosas, donde una de las principales es la comunicación, habilidad que nos permite interactuar con otras personas en los diferentes ámbitos de la vida.

¿Qué son las habilidades sociales?

Diferentes autores han aportado conceptos varios que refieren a comportamientos o conductas aprendidas, específicas y necesarias para interactuar y relacionarnos en forma efectiva, satisfactoria y exitosa socialmente.

Se considera que “La conducta socialmente habilidosa es ese conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas” (Caballo, 1986).

Arnold P. Goldstein estableció una tipología para clasificar a las habilidades sociales en:

-Habilidades sociales básicas

-Habilidades sociales avanzadas

-Habilidades relacionadas con los sentimientos

-Habilidades alternativas a la agresión

-Habilidades para hacer frente al estrés

-Habilidades de planificación

Cuestiones tan simples e importantes como decir “por favor”, “muchas gracias” pertenecen al grupo de las habilidades sociales básicas, el pedir disculpas y ayuda a las avanzadas.  Lo asocio con un recuerdo de mi infancia, porque eran las llamadas “palabras mágicas” y que no podían faltar, olvidarse u omitirse. Necesitamos retornar a comportamientos que en algunos casos parecen “oxidados” por dejar de utilizarlos y/o no ponerlos en práctica.

¿Dónde están? ¿Dónde han quedado? Cómo personas adultas somos responsables de no permitir que se diluyan en el transcurrir de un día, de una jornada o de la niñez de nuestros hijos. Como adultos responsables somos ejemplo y modelos para imitar.

“Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter, siembra un carácter y cosecharás un destino”, es la máxima de Charles Reade.

Para fortalecernos y construir vínculos saludables estos días de cuarentena, donde las relaciones interpersonales se ven comprometidas por la convivencia y buscando la armonía con las personas que nos rodean se mencionan algunos tips que incluyen las habilidades mencionadas.

La buena noticia es que las podemos desarrollar, aprender y utilizar en diferentes procedimientos para ensayar conductas y reforzarlas en este valioso tiempo EN CASA.

Entonces podemos aprovechar para ahondar en cada rincón de la niñez, del ayer y del ahora, brindar tiempo y espacio a la construcción de vínculos saludables y permitir que las habilidades sociales entren y se queden en casa.

Tips:

  • Dar un cumplido, una felicitación por una tarea bien hecha, por un logro o por ayudar con entusiasmo, siempre demuestra agrado hacia la persona que lo realizó.
  • Utilizar palabras amables. Escribir en un pizarrón, o en una cartulina frases semanales cómo, por ejemplo: “En esta casa decimos por favor, muchas gracias y lo siento” “Cuando te equivocas, no olvides pedir disculpas” Los estímulos visuales son refuerzos positivos.
  • Iniciar una conversación positiva destacando cualidades de los miembros de la familia que contribuyen al cuidado del hogar: higiene, alimentación, cuidado de mascotas, realización de tareas escolares y otros.
  • Escuchar de forma interesada cuando alguien de la familia está narrando alguna situación que lo angustia o que le produjo satisfacción.
  • Tomar decisiones es un factor de estrés en muchos casos. Para descomprimir y sentir el apoyo de los integrantes de la familia, algunas decisiones pueden ser consensuadas en conjunto. No apresurarse a tomar las decisiones.
  • Organizarse mejor requiere una planificación y un cronograma de actividades especialmente para los niños más pequeños.
  • Conflictos diarios suelen darse en ocasiones con pequeñeces y en otras no. Intentar buscar soluciones justas ante las quejas de los integrantes de la familia, o colocarse en lugar de la otra persona para saber que siente antes de decidir que se hará. Explicar, confrontar antes de actuar.
  • Ayudar cuando alguien lo necesita es muy satisfactorio y produce bienestar en ambas personas.
  • Dedicar un tiempo diario a la comunicación con familiares y amigos para mantener activa las relaciones sociales que tanto necesitamos cada día para fortalecer nuestras emociones.
  • Reforzar la comunicación con el Creador y sustentador de la vida, buscando la ayuda divina, presentándole las peticiones del corazón y… “Dando gracias y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús” Fil. 4:6-7

Mag. Viviana Quintana

Dir. Carrera del Prof. Educación Inicial