Ir a donde Dios mande ¿Cómo me preparo?
10
octubre 2019

Ir a donde Dios mande ¿Cómo me preparo?

Una institución en donde la respuesta a esta pregunta, está al alcance de la mano.

A continuación, UAP Noticias comparte la entrevista que Ailin Flück, estudiante de Comunicación social de la UAP, atendiendo a requerimientos de la cátedra de Comunicación Escrita de la profesora Marili de Biaggi, realizó a Lucas Muñoz, quien es el jefe de Capellanes, coordinador de Servicio Voluntario Adventista y Capellán de FCS.

El lema de la Universidad Adventista del Plata (UAP) es muy conocido por todos alrededor del mundo, tanto si sos exalumno, miembro activo de la Iglesia Adventista o pariente de algún estudiante, sabés que las palabras “excelencia y servicio” cobran un significado muy especial en el contexto de esta institución. Pero ¿qué es lo que hace de estas palabras algo tan especial? Más importante ¿Qué rol cumplen las mismas en el escenario de la misión, y qué propuestas existen por parte de la universidad para llevarlas a cabo?

Es justamente el fuerte espíritu misionero que se palpita entre los jóvenes de esta universidad, lo que dota de una significación especial a estas palabras. Una institución que, desde las aulas, instruye a sus estudiantes en los pasos de Jesús y los alienta a ser partícipes del mandato del gran Maestro, el mayor misionero de todos los tiempos: “Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones” (Mateo 28:19-20)

Con su vida y entusiasmo como ejemplos, y con la intención de responder a esta invitación, es que la UAP crea el proyecto “Escuela de Misión”. Un espacio donde los jóvenes interesados en ser embajadores del Cielo donde sea que Dios los llame, son formados y preparados con herramientas que les permitirán afrontar los escenarios más adversos, cualquiera sea la dificultad.

Motivada por esta noble tarea, realicé una serie de preguntas a Lucas Muñoz, miembro de la junta directiva de la EM (Escuela de Misión), músico misionero, teólogo y actual Capellán de una de las facultades de la institución, con el fin de poder conocer un poco más acerca de esta gran oportunidad.

  1. –¿De dónde surge la idea de crear la Escuela de Misión?

LM: –«Esta iniciativa surgió de la necesidad de preparar a nuestros alumnos para la misión transcultural en la cual nuestra universidad está tan involucrada. Queríamos crear un espacio en el que los jóvenes puedan prepararse en todo sentido, ya sea desde el área comunicacional (idioma, técnicas de grupo, etc.) como psicológica y social. Mostrarles un poco de cada cultura, sus diferencias entre sí, y los diversos escenarios que puedan afrontar».

 ¿En qué consiste y que clases se dictan?

Los chicos deben asistir de manera semanal a una clase que se dictan los viernes de 17:00 a 18:30hs. Las clases son abordadas por docentes especializados en diversas áreas. Por ejemplo, hace unas semanas Ari Lattes, estuvo hablando del judaísmo y toda la cultura que rodea y “condimenta” de alguna manera esta religión. Nuestro libro de texto es “Pasaporte para la Misión”, el cual los chicos tienen que leer durante todo el cuatrimestre».

¿De qué manera se evalúa el progreso de los participantes?

Cada viernes los participantes deben rendir un “parcialito” de los capítulos del libro estudiados durante esa semana. Una vez terminado el cuatrimestre se toma el examen final en el que los evaluamos de una forma más integral».

Desde que está en funcionamiento la EM ha ido en aumento el número de participantes ¿Por qué pensás que sucede esto?

«Vemos que cada año, más alumnos se suman a las clases. Antes se hacía solo en el primer cuatrimestre mientras que ahora lo hacemos en ambos. Creo que la principal razón es por el gran espíritu misionero de nuestra universidad que se está extendiendo hasta lo último de la tierra, por lo que los chicos se ven motivados a ser partícipes de la misión de Jesús».

Hace poco tuviste la oportunidad de ser misionero voluntario, un resultado de la EM ¿A dónde fuiste y cómo fue tu experiencia?

«El año pasado tuvimos la oportunidad de servir como misioneros con mi esposa en un país de la ventana 10/40, Kirguistán. La experiencia fue única. Lo volveríamos a hacer».

Basado en tu experiencia ¿Qué crees que es lo más desafiante de servir en un país en el que no se habla la misma lengua y en donde no es tan fácil presentarles un Dios cristiano a las personas?

«Creo que lo más difícil es, paradójicamente, la comunicación. Es difícil comunicarte en un idioma que no conoces y en donde las costumbres son tan diferentes. A la hora de compartir acerca de Dios nos dimos cuenta de que nuestra vida sería la mayor herramienta, la frase “predicar con el ejemplo” definitivamente cobró otro significado para nosotros».

Entonces ¿Qué es lo más gratificante y que beneficios se obtienen de la experiencia como misioneros?

«Lo más gratificante es descubrir que somos útiles en las manos de Dios. Que Él nos dio la misión de cumplir su propósito a nosotros a pesar de ser imperfectos, aunque podrían hacerla los ángeles. Nos hizo un regalo tremendo al permitirnos participar de su plan de salvación a través de la misión, todo para que podamos comprender como es que Él ve el mundo, a nosotros como raza humana e individualmente. Además, por medio de la misión y el ayudar a otros, podemos comprender mejor su carácter de amor. Ser misionero te cambia la vida completamente y tu relación con Dios».

En tu opinión ¿Qué diferencias existen entre un misionero que participó de la EM y otro que no lo hizo?

«Creo que un misionero que haya participado de la EM tendrá varias herramientas. Entre ellas, cómo manejar el “shock cultural”, cómo “contextualizarse”, cómo trabajar para alcanzar a las personas de otras religiones no cristianas, etc.».

Todo esto, de alguna manera ¿está relacionado con el congreso “I Will Go”?

«Totalmente, “I Will Go” es el congreso más grande de misioneros adventistas, y así como la EM es un producto de los jóvenes de la UAP, que tuvo sus orígenes en el año 2011, este gran evento también y es como una gran EM intensiva. En el congreso no solamente se conocen historias de misioneros en diferentes partes del mundo, sino también se dan capacitaciones para realizar la misión de una manera más integral y efectiva. Este año participamos con un grupo hermoso de jóvenes del I Will Go Perú, el cual se está realizando en la sede de nuestra universidad hermana, la UPeU (Universidad Peruana Unión). Como representantes de la UAP fue muy gratificante poder ver cómo ha trascendido tan rápido una idea que primeramente tuvo lugar en el corazón de un grupo de nuestros jóvenes, y que hoy en día, es una parte muy significativa para nuestra iglesia a nivel mundial».

Ailin Flück, estudiante de 2do año de Comunicación Social