27
junio 2019

Las Tunas, crónica de fe y coraje

Este mensaje fue brindado por el Dr. Daniel Plenc, director del Centro de Investigación White, el 22 de junio, en el acto de recordación del inicio de clases en el Colegio Adventista de Las Tunas, en Las Tunas, Santa Fe.

La crónica de la Universidad Adventista del Plata y de sus antecedentes institucionales puede enunciarse con cierta facilidad:

-En 1890, llegaron los primeros misioneros adventistas de sostén propio a Entre Ríos, inmigrantes alemanes del Volga radicados en los Estados Unidos.

-En 1891, llegaron los primeros colportores adventistas a la región del Río de la Plata.

-En 1893, Richard B. Craig, director de publicaciones de la misión, con su esposa, organizaron la primera escuela adventista cerca de la estación Solá, al sur de la ciudad de Buenos Aires.

-En 1894, llegó Frank H. Westphal (1858-1944), el primer pastor adventista, desde los Estados Unidos y organizó las primeras iglesias de la región: Crespo, Entre Ríos; San Cristóbal, Santa Fe; Buenos Aires (1894); Brusque, Santa Catarina, Brasil (1895); Nueva Helvecia, Uruguay (1896).

-En 1895, el misionero E. W. Snyder habló ante el Congreso de la Asociación General sobre la necesidad de escuelas para Sudamérica.

-El 17 de abril de 1897, F. H. Westphal organizó una pequeña iglesia de doce miembros en Las Tunas (en el mismo año organiza las iglesias de Felicia, Las Garzas y Malabrigo).[1] Fue la tercera iglesia en la provincia de Santa Fe y la quinta en la Argentina. Para 1920 sólo quedaba la familia de Domingo Daliesi.

-El 26 de septiembre de 1898 llegó Luis Ernst desde el Uruguay y se decidió la creación del colegio.

-Del 8 al 13 de marzo de 1898 se realizó un Congreso en Las Tunas, del que participaron unas 60 personas de Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, reunidas en una carpa levantada en una bella arboleda. Estuvieron presentes los misioneros: Jean Vuilleumier, John McCarthy, Ole Oppegard, Nelson Z. Town y su esposa Sadie, F. H. Westphal y su esposa Mary.

-En 1899 -hace 120 años- se dieron dos cursos en Las Tunas, Santa Fe. En julio de ese año se decidió el traslado a Entre Ríos y el 17 de octubre comenzó la construcción en Camarero.

-El 18 de abril de 1900 comenzaron las clases en Camarero, Entre Ríos (llamado después Puiggari y luego Libertador San Martín).

-En 1908, se le cambió el nombre de Colegio Camarero a Colegio Adventista del Plata.

-En 1990 inició sus actividades la Universidad Adventista del Plata.[2]

La historia primitiva de Las Tunas también podría presentarse brevemente:

-En enero de 1856 llegaron a Santa Fe los primeros inmigrantes, radicándose en Esperanza y en otras colonias agrarias.

-Algunos años después se establecieron en Las Tunas, departamento Las Colonias, agricultores que cultivaron trigo, maíz y lino.

-La fundación de Las Tunas data de 1868.

-En 1874 surgió el molino harinero San Luis.[3]

-El 22 de marzo de 1886 se creó la estación ferroviaria de Las Tunas.

Sin embargo, son los pormenores, las personalidades y las decisiones tomadas, las que transforman esta crónica es un relato emocionante y aleccionador. Dado el caso, ¿por qué no evocar algunos de estos hechos de fe y coraje al recordar los 120 años del inicio de las clases en Las Tunas?

Hoy sabemos que el colegio, ubicado en Las Tunas y luego en Camarero, fue la primera institución educativa adventista oficial en toda América del Sur.[4] Las escuelas que funcionaron en Buenos Aires (1893), Entre Ríos (1896), Las Garzas, Santa Fe (1897) y Colonia Malbertina, Córdoba (1897), por ejemplo, fueron iniciativas particulares en la modalidad de escuelas de hogar.

Ha resultado claro también que algunas figuras pueden considerarse fundacionales para el surgimiento y desarrollo del colegio: Luis Ernst (1874-1952), de 24 años, oriundo de la República Oriental del Uruguay, impulsado por una fuerte vocación hacia el servicio misionero y pastoral, como el primer estudiante;[5] Frank Henry Westphal, el primer misionero adventista enviado oficialmente por la Junta de las Misiones Extranjeras de la Asociación General, verdadero fundador (“padre”) de la institución educativa, acompañado por su esposa Mary Thurston.[6] Westphal trató de acordar la creación del colegio en una reunión realizada el 30 de junio de 1898, la que decidió postergar el proyecto hasta un tiempo más favorable para las magras finanzas de los colonos. El acto de fundación se produjo al terminar la reunión realizada en Crespo del 15 al 26 de septiembre de 1898. La llegada de Ernst en el atardecer del lunes 26 de septiembre de 1898 volcó las voluntades hacia una decisión positiva.[7] Es por esa razón que el gobierno de Entre Ríos (el 18 de agosto de 1986), declaró el 26 de septiembre de 1898 como la fecha de fundación de Libertador San Martín. La decisión no sería sencilla ni gratuita, porque requirió ser apoyada por donaciones de dinero, de cosechas futuras, de bienes y de trabajo personal. Allí aparecen nuevas figuras: Jorge Lust y su esposa Amalia Gross, que entregaron diecisiete hectáreas de tierra; Pedro Peverini, el primer constructor voluntario y Domingo Daliesi, de Las Tunas, quien donó los primeros árboles. Pero antes de esto, estaba Westphal, impulsado por un sentido de urgencia, quien alquiló la amplia casa y el ex molino harinero San Luis de Las Tunas para que la tarea educativa no se demorara más tiempo. La propiedad pertenecía a la familia Inhabenit, adquirida luego por la familia Wegener.

Ya en Las Tunas se destacaron sus directivos y docentes: Nelson Z. Town, secretario tesorero de la Misión Sudamericana, y su esposa Sadie Graham, graduados del Colegio de South Lancaster, Massachussetts, llegados al país dos años antes y arribados en tren a la estación de Las Tunas el 8 de enero de 1899; sin olvidar al profesor A. T. De Learsy, quien enseñó en el segundo período y del cual no sabemos casi nada.[8] Por qué no mencionar a los valientes alumnos, deseosos de una mayor preparación para el servicio misionero, que debieron venir con sus camas, colchones, frazadas y demás elementos necesarios. Las primeras clases se dictaron entre el 20 de enero y el 17 de marzo de 1899, con cuatro alumnos, a los que se sumaron dos más, seguidos por tres meses de práctica en la distribución de publicaciones. El segundo curso comenzó el 20 de junio y se extendió diez semanas hasta agosto, con 21 alumnos internos y 8 externos.[9] Hubo en 1899 un total de 19 semanas de instrucción. ¿Quiénes fueron estos estudiantes, de distintas edades (entre 7 y 30 años), idiomas y orígenes familiares (tres hablaban alemán e inglés, dos hablaban francés y uno castellano)? Town publicó los nombres del primer grupo en la denominada “Carta Mensual”: Rodolfo Diriwachter, Enrique Streuli, David Rostán, Armando Hammerly, Guerin y Enrique Peverini. Santiago Mangold dio otros nombres del segundo grupo (con probables inexactitudes): Ignacio y Angelberto Kalbermatter, Santiago Mangold, Pablo y Juan Bonjour, Godofredo Block, Armando Hammerly, Daniel y Luisa Peverini y Daniel Rostán.

¿Por qué se fue el colegio de Las Tunas? Sabemos que se hizo una reunión en Las Tunas los días 22 y 23 de julio de 1899 dirigida por Frank Westphal. En ella hubo quienes propusieron que se compraran tierras para que el colegio permaneciera en el lugar, pero la mayoría se inclinó por la propuesta de los hermanos alemanes de Entre Ríos y aceptaron las tierras donadas por Lust en la Colonia Camarero.

De cualquier manera, hemos vuelto, el 20 de junio de 2009, cuando la Universidad Adventista del Plata y la Asociación Argentina Central de los Adventistas del Séptimo Día colocaron placas conmemorativas, con gratitud por la amabilidad de Livia y Eduardo Wegener, tanto como de las autoridades y la comunidad local. Regresamos el sábado 21 de diciembre de 2013, para renovar las placas y tener otro acto alusivo. Volvimos en este sábado 22 de junio de 2019, con la misma emoción y gratitud a quienes protagonizaron esta gesta de fe y coraje en bien de la educación y de la elevación moral y espiritual de la comunidad.

¿Quién sabe si en algún momento resurgirá en Las Tunas algún otro centro de difusión espiritual, sanitaria y educativa, además de las instituciones existentes en la comunidad?

 

Daniel Oscar Plenc,

Centro de Investigación White,

Universidad Adventista del Plata

 

[1] F. H. Westphal, “Argentina, South American”, Review and Herald Supplement 73, n° 48, December 1, 1896, 3. N. Z. Town y F. H, Westphal, “Argentina”, General Conference Bulletin 4, n° 14, April 16, 1901, 328. F. H. Westphal, “Argentine and Uruguay”, Review and Herald 74, n° 6, February 9, 1897, 89. Jean Vuilleumier, John McCarthy, “Argentina”, Review and Herald 74, n° 23, June 15, 1897, 378, 379. F. H. Westphal, “Argentina”, Review and Herald 74, n° 24, June 15, 1897, 378, 379.

[2] Véase: Walton John Brown, “A Historical Study of Seventh-day Adventist Church in Austral South America”, 4 vols. (Ph. D. dissertation, Faculty of the Graduate School University of Southern California, 1953). En especial interesa el capítulo XII “The Diamante Academy (Colegio Camarero)”, 343-368 y el capítulo XIII “The River Plate College (Colegio Adventista del Plata)”, 369-425.

[3] Andrés Roverano, “Repertorio de documentos oficiales 1852-1900. La Colonización de Santa Fe”, Archivo General de la Provincia de Santa Fe, año IX, n° 9, 1977), 53. Es.wikipedia.org/wiki/Las_Tunas_(Santa Fe). “Las Tunas, pequeña y hermosa localidad”, Mirador Provincial (21 abril 2015).

[4] Héctor J. Peverini, En las huellas de la Providencia (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1988), 113.

[5] Daniel Oscar Plenc, “Luis F. Ernst: El primer estudiante”, La agenda, Año XVII, Nº 28 y 29; “Luis F. Ernst: Con la Biblia en la mano”, Misioneros en Sudamérica: Pioneros del adventismo en Latinoamérica (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008), 53-62.

[6] Peverini, En las huellas de la Providencia, 113, 114.

[7] Véase el capítulo “El Colegio Adventista del Plata” en Peverini, En las huellas de la Providencia, 113-123. Francisco H. Westphal, Pionero en Sudamérica, Trad. Silvia C. Scholtus de Roscher (Libertador San Martín, Entre Ríos: Centro de Investigación White, 1997), traducción de la obra original Pioneering in the Neglected Continent (Nashville, Tennessee: Southern Publishing Association, 1927). Daniel Oscar Plenc, Silvia Scholtus, Eugenio Di Dionisio, Sergio Becerra, Misioneros fundacionales del adventismo sudamericano (Libertador San Martín, Entre Ríos: Editorial Universidad Adventista del Plata, 2012); y Silvia C. Scholtus de Roscher, Liderazgo femenino en los inicios de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la División Sudamericana (Libertador San Martín, Entre Ríos: Editorial Universidad Adventista del Plata, 2012).

[8] Don F. Neufeld, ed., Seventh-Day Adventist Encyclopedia, vol. 2, Second Revised Edition (Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing Association, 1996).

[9] Egil H. Wensell, El poder de una esperanza que educa y sana (Libertador San Martín, Entre Ríos: Editorial Universidad Adventista del Plata, 1993), 113-135.