21
junio 2019

«¿Estás listo para el cambio?»

En el marco del inicio del III Congreso Sudamericano de Investigación de la Educación Adventista, realizado en la Universidad Adventista del Plata, entre el 4 y el 7 de junio, se llevó a cabo la primera conferencia plenaria a cargo del Departamento de Educación de la División Sudamericana (DSA). Los expositores, el Mag. Edgar Luz y el Dr. Sócrates Quispe, director y director asociado de dicha área sudamericana, presentaron un análisis del crecimiento del alumnado dentro de los institutos superiores adventistas de la DSA, enfocado a lograr una mejora a futuro dentro de estas instituciones.

El sistema educativo adventista está conformado por 31 926 alumnos, distribuidos entre doce institutos superiores que, a su vez, están divididos en cinco universidades, cuatro facultades, dos institutos y un centro universitario. En total, la IASD cuenta con 221 programas académicos, 170 carreras, veinticuatro maestrías, veinte cursos técnicos y  siete doctorados, en Sudamérica.

En relación con el área de investigación y producción científica, las universidades adventistas no se encuentran dentro de las instituciones de mayor indagación dentro del marco científico en sus respectivos países. La producción científica se mide por la cantidad de artículos publicados en el lapso de un año, de todas las casas de estudios, la Universidad Adventista de Chile (UnACh), es la mejor posicionada dentro de su país ocupando el puesto número 43; la Universidad Adventista del Plata (UAP) actualmente está ubicada en la posición 63, dentro del mundo universitario argentino. El panorama analizado deja enormes desafíos para estas instituciones y se plantea una incógnita: ¿cómo mejorar?

Los disertantes pusieron énfasis en que, para lograr un plan a largo plazo y a futuro, primeramente, hay que comprender el perfil de los alumnos, con el fin de entender qué es la generación del futuro. A los educadores se les presenta el desafío de enseñar a estudiantes que no están dispuestos a escuchar de manera tradicional; de esta forma el conocimiento impartido debe ser atractivo visualmente, hay que cambiar la metodología antigua de solo expresar un monólogo de conocimiento. Los alumnos necesitan estar formados para pensar de manera crítica y autónoma, expresarse digitalmente y graduarse con el conocimiento práctico de la materia. Actualmente los puestos de trabajo son remplazados por máquinas/robots; por ende, los jóvenes estudiantes necesitan ser capaces de aprender conscientemente y con la habilidad de tener una competencia equilibrada frente a una máquina.

El papel de los profesores de las instituciones adventistas son la base fundamental del aprendizaje de los jóvenes; para lograr la mejor eficacia del sistema educativo, los educadores tendrán que estar al tanto y a gusto con las nuevas tecnologías que surgen cada año. Se necesitan profesionales con enfoque multidisciplinar, o sea, deben saber apoyar el aprendizaje dentro de todos los campos de la educación. Las mejores rúbricas y la automatización de las formas de calificar les permitirían a los profesores proporcionar comentarios de mayor calidad, también se deben promocionar y llevar a cabo la enseñanza conjunta y las posiciones de enseñanza exclusiva. La enseñanza ya no debe ser limitada a las horas de trabajo tradicionales de un profesor, sino que se debe crear un ambiente de aprendizaje continuo.

Dentro de este modelo de educación a futuro, el perfil de las instituciones adventistas precisa ser el de aceptar las nuevas tecnologías; de esta manera se logra un avance del aprendizaje manual y una adaptación de las necesidades de los lugares de espacios que promuevan el trabajo práctico, junto con una fomentar una competencia dentro del marco de la filosofía adventista.

Luego de presentar los distintos desafíos que tiene la educación adventista, se marcaron objetivos a corto, mediano y largo plazo. A corto plazo, se deberá lograr una analítica del aprendizaje junto con rediseñar los espacios de enseñanza/aprendizaje. Medianamente, se tienen que generar nuevos recursos educativos abiertos, y nuevas formas de multidisciplinariedad-interdisciplinariedad. Buscando un objetivo como educación, a largo plazo, habrá que encontrar un avance en las culturas de innovación, así como una alianza entre las distintas corporaciones adventistas.

Por Misael Dacosta, alumno de segundo año de Comunicación Social de la UAP