7
junio 2019

El desarrollo implica una gran capacidad de innovar

Durante la sesión del Consejo de Rectores de Universidades Adventistas de Sudamérica (CRUASA), realizada el jueves 6 de junio, en la Universidad Adventista del Plata, estuvo el Dr. Héctor Sauret, presidente de la Red de Asociaciones Latinoamericanas y Caribeñas de Universidades Privadas (REALCUP) y rector de la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU). El visitante dialogó con UAP Noticias, y compartió detalles sobre su participación en esta sesión, en donde expuso sobre el trabajo colaborativo en red y sus beneficios, a lo que explicó: «Fue una experiencia muy enriquecedora por el carácter regional, por la comunidad de intereses por asociarnos y por comprender que, en un mundo tan complejo y lleno de posibilidades, es necesario unificar fuerzas, identificar temas en común y tratar de colaborar en conocer más: más investigación, más ciencia y más tecnología».

Las implicancias que tienen estos conceptos son importantes, pero se conocen en la teoría; ahora bien, al momento de llevarlas a la práctica, se vuelven complejas. Sobre el porqué cuesta tanto, el Dr. Sauret, respondió: «En cierto caso las complejidades son propias de lo diverso: comunidades complejas, la universidad es una institución diversa, los órganos universitarios y colegiados coexisten en la búsqueda de distintas verdades; investigar, desarrollar siempre implica una gran capacidad de innovar y, la innovación también involucra entender que no todos tienen la misma perspectiva de las cuestiones. Entonces la inteligencia aconseja, tener un tiempo para oír y otro para exponer. Lo ocurrido en este contexto del CRUASA es muy valioso y he aprendido mucho de lo diverso. Creo, a lo mejor, al presentarles la visión de una red que no es confesional, en la que predominan formaciones laicas y diversas, a un entramado que sí es confesional, puede serle de interés y potenciar ambos sectores».

El escenario en el que se desarrolla el CRUASA, el III Congreso Sudamericano de Investigación de la Educación Adventista (COSUDI), y esta cuestión del desarrollo del conocimiento, no como mercancía, sino con preeminencia de abastecer a la demanda social, es un punto destacable en este marco: «Claro que sí, ya que se hizo referencia a la economía del conocimiento es un momento oportuno de destacar la decisión de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, de haberle prestado media sanción de ley al marco normativo de Estímulo a la Economía del Conocimiento, cuestión tan ligada a la vida de los laboratorios de nuestras universidades y a los procesos de investigación.  Y, efectivamente, vivimos en una sociedad con conflictos territoriales, problemas de contaminación, de subalimentación cuestiones contemporáneas a la innovación, al desarrollo de nuevas tecnologías y mayores capacidades de producción. Movilidad estudiantil, de docentes e investigadores, y una visión integrada del mundo, nos aconsejan entender que este es un momento excepcional de cambio. Y nosotros somos actores de cambio. Lo que ocurrió en esta reunión del CRUASA es muy positivo. Llevo de este encuentro en la universidad, para mis pares latinoamericanos y caribeños (12 asociaciones nacionales, integradas por 650 universidades), la perspectiva de los colegas adventistas y, seguramente, alcanzaremos una convergencia de colaboración».